[Crítica] Sleep: El mal no duerme de Jason Yu

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Este jueves se estrena en cines argentinos, la película coreana, protagonizada por Lee Sun-Kyun y aclamada en los festivales más importantes.

La queja más habitual de cada nuevo padre es la falta de sueño, pero no todos atribuyen su agotamiento a fuerzas sobrenaturales. Después de sumergirse en Sleep, escrita y dirigida por el debutante Jason Yu, aclamada en los festivales de Cannes, SITGES y Toronto, las noches de descanso nunca volverán a ser las mismas, siguiendo la fuerte tendencia del cine surcoreano de crear thrillers exitosos tanto para el público como para la crítica.

Hyun-su (interpretado magistralmente por el recientemente fallecido Lee Sun-kyun, conocido por su participación en «Parasite«) es un actor al borde del estrellato, casado con Soo-jin (Jung Yu-mi), una empresaria en avanzado estado de embarazo. Aparentemente, comparten una vida envidiable: un amor profundo, el cuidado de su adorable cachorro y un hogar con mensajes alentadores decorando las paredes. Sin embargo…

Las noches de Hyun-su se ven afectadas por problemas para conciliar el sueño, llevándolo a comportamientos perturbadores, incluso lastimando a los animales. Aunque sufrir los efectos del sonambulismo y el insomnio es común, lo que experimenta Hyun-su es extraordinario. La pareja busca ayuda médica, pero ni las pastillas ni los consejos de comportamiento resultan efectivos. Cuando el bebé nace, Hyun-su decide aislarse en una cabaña cercana hasta su recuperación. «No», responde Soo-jin, decidida a enfrentar la situación juntos». La madre de Soo-jin irrumpe con extravagantes ideas sobre fantasmas y exorcismos, inicialmente descabelladas pero que adquieren un matiz de validez cuando Soo-jin entabla conversaciones con su vecina de abajo, quien guarda secretos y también padece insomnio.

La trama intensifica la tensión hasta un desenlace inesperado y violento. Aunque la película evita los tradicionales «jump-scare», el público experimenta una sensación de inquietud hasta el final, provocado fundamentalmente por la constante amenaza mortal al bebé, más allá de interesarnos el saber el origen real del problema de insomnio.

El debut de Jason Yu es más que auspicioso, considerando que gran parte de la trama se desarrolla en un simple apartamento. Es una película de detalles, donde lo más interesante es como juega con la lógica de los sueños, donde muchas cosas no tienen sentido o parecen no tener coherencia, pero se explican dentro de ese universo del inconsciente de los personajes. Las actuaciones son impactantes, destacando cómo la pareja enfrenta la situación con humor, que va desapareciendo a medida que las complicaciones aumentan. En resumen, «Sleep«, además de mantener la tradición del suspense surcoreano, provoca que los espectadores alcancen el Clonazepam al primer indicio de insomnio.

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