Kandisha de Alexander Bustillo y Julien Maury.

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Se estrenó on-line la película de terror francesa, presentada en SITGES 2020, que mezcla historias urbanas, leyendas marroquí y demonios violentos.

Bintou, Amélie y Morjana deben enfrentarse al demonio Aicha Kandisha

Alexander Bustillo era colaborador de la revista francesa Mad Movies cuando conoció a Julien Maury. Su mutua pasión por el cine de terror les llevó a formar un tándem creativo que dio sus primeros frutos en 2007 con À l’intérieur (Inside), uno de los filmes de género más aclamados de la pasada década. Un home-invasion diferente sobre una solitaria mujer embarazada que es acechada por una siniestra mujer que dice que el hijo que lleva en su vientre le pertenece. Luego de ella, los directores han tenido una carrera despareja pero el éxito de crítica que les significó su ópera prima los llevó a Hollywood para filmar la desgraciada Leatherface de 2017. Luego de su fallido periplo estadounidense la dupla vuelve a Francia para filmar una cinta de terror urbana que mezcla demonios, leyendas marroquíes y problemáticas sociales.

Kandisha sigue la historia de Amélie (Mathilde Lamusse), Bintou  (Suzy Bemba) y Morjana (Samarcande Saadi) tres amigas que viven los suburbios de París. El trío se encuentra pasando el rato en un edificio abandonado pronto a demoler. Conocidas colectivamente como BAM, las adolescentes están dando los toques finales a un grafitti mural conmemorativo a los padres fallecidos de una de ellas. Cuando se están por retirar del lugar, encuentran escrito en la pared la palabra Kandisha, Bintou le cuenta al grupo sobre su significado. Aicha Kandisha era era un espíritu vengativo que las mujeres pueden convocar para castigar a los hombres. Después de que Amélie es atacada por su ex novio mientras caminaba a casa, pide venganza a Kandisha.

Amélie supone que no saldrá nada de esto, pero cuando se entera de que su atacante fue atropellado por un automóvil poco después de que lo vio por última vez, le preocupa que ella pueda ser responsable de su muerte. Las amigas de Amélie le aseguran que la muerte de su exnovio y su supuesta convocatoria de Kandisha no es más que una coincidencia. Pero después de la muerte repentina de otro amigo en común, el grupo teme haber dejado salir a un genio de su botella. De repente, hay un espíritu vengativo suelto y ninguno de los hombres en sus vidas está a salvo de su agarre.

Similar a un Jinn, Kandisha es una leyenda urbana de terror, una malvada sobrenatural que goza de un atractivo sexual que le sirve como herramienta para seducir a los hombres que serán sus víctimas. Pero que también cuenta con un vínculo psíquico con su invocador, en el que Amélie se ve obligada a presenciar los actos de Kandisha. Interpretada por Mériem Sarolie, una figura inquietante envuelta de pies a cabeza en un burka negro sólido, tan siniestro como La Llorona o La Monja, pero mucho más violenta y sangrienta.

Las comparaciones con Candyman son inevitables y resulta poco original en las formas de abordar las problemáticas sociales mezcladas con la leyenda marroquí sobrenatural. Además de presentar una amplía gama de personajes secundarios a los que no logra darle la profundidad necesaria para generar el impacto esperado cuando son víctimas de la monstruosa mujer. De todas maneras, Kandisha recupera algo del talento que Julien Maury y Alexandre Bustillo han demostrado en su ópera prima cuando apela a un gore extremo, con cada toma cuidadosamente construida, en una ambientación (buena musicalización de Raf Keunen) que capta de manera notable los espacios urbanos donde se desarrollan los hechos.

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