Se encuentra disponible on-line la película irlandesa que se transformó en una de las gratas sorpresas del cine de terror de este año.
El miedo, al igual que el humor, es uno de los aspectos más subjetivos del cine. Lo que puede ser la escena más aterradora del año para una persona, para otra puede ser apenas una aburrida mediocridad. Con esto en mente, hay que acercarse a la nueva película de terror dirigida y escrita por Damian McCarthy, responsable de sorprende en su debut con la extraña Caveat. Oddity es una película que realmente asusta en su inicio y logra que el espectador sienta miedo. Aunque la segunda mitad de la película no alcanza el mismo nivel de intensidad que la primera, esas escenas iniciales son impactantes y aterradoras.
La historia sigue a Dani (Carolyn Bracken), una mujer que decide pasar la noche sola en una remota casa de campo que está renovando con su esposo, Ted (Gwilym Lee). Mientras Ted trabaja hasta tarde en la ciudad, la tranquilidad de Dani se transforma en terror cuando un hombre desaliñado y tuerto aparece en la puerta, rogándole que lo deje entrar. Según él, ha visto a alguien ingresar en la casa y teme que Dani esté en peligro. Este dilema la deja en una situación imposible. Un año después, descubrimos que Dani fue brutalmente asesinada esa noche. Su esposo, ahora viudo, ha vuelto a la casa y está comenzando una nueva relación. Cuando Darcy, la hermana gemela ciega de Dani (también interpretada por Bracken), llega de improviso, trae consigo dos regalos: una figura humana de tamaño natural tallada en madera y la convicción de que el hombre arrestado por el asesinato de Dani es en realidad inocente.
El título de la película, Oddity (Rareza), hace referencia directa a la figura de madera, que pasa la segunda mitad de la película sentada en la mesa del comedor. Aunque parece inanimada, a veces da la impresión de haber cambiado de posición, como si estuviera observando a los personajes, o incluso tramando algo. Este elemento inquietante, se siente más como un MacGuffin; sin embargo, no es un defecto, ya que el verdadero enfoque de la película está en sus personajes. La primera mitad de Oddity es la más aterradora, presentándonos a estos personajes y sometiéndolos a secuencias desconcertantes, antes de que la narrativa se asiente en un ritmo más familiar hacia el final.
El dilema inicial de Dani, de dejar entrar a un desconocido en quien no confía para evitar enfrentarse sola a lo desconocido, es una solo una muestra del director sobre como manejar el suspensoverdadera pesadilla. McCarthy y el director de fotografía Colm Hogan elevan la tensión al situar la historia en una casa sin electricidad, aprovechando el diseño para crear un ambiente de terror en la oscuridad. La cámara, la iluminación, la edición y la actuación de Bracken en esas primeras escenas trabajan en conjunto para inmovilizar tanto a los personajes como al público, haciéndolos sentir que algo, o alguien, los observa desde la oscuridad. Una secuencia aterradora que recuerda a The Strangers de Bryan Bertino.
Pero más allá de los momentos de terror, Oddity ofrece una convincente historia de venganza fantasmal con toques de humor oscuro. Bracken sobresale en ambos papeles, pero es en el de Darcy donde realmente se destaca, expresando con ingenio su desdén hacia el nuevo compromiso de Ted. Los actores Lee y Caroline Menton, que interpreta al nuevo amor de Ted, encuentran un equilibrio perfecto entre el humor y la tensión, que provoca la inquietante figura de madera que parece moverse por sí sola.
Aunque la resolución de Oddity sea un poco más convencional que lo que la precede, no pierde puntos ni baja la calidad del film. El desenlace, aunque sea previsible, sigue siendo interesante, divertido y espeluznante; esto hace que el film se transforme en un cautivante mix de que combina diferentes tópicos aterradoras del género como brujerías, actividades paranormales, casas encantadas y hospitales psiquiátricos.