Se estrena en cines argentinos la secuela slasher del clásico personaje de Disney creado por A. A. Milne.
Después del controvertido slasher de 2023 Winnie Pooh Miel y Sangre, producido tras la entrada del adorable osito de A. A. Milne en el dominio público, llega la secuela del despiado asesino. Poco tiempo después de la «Masacre de los Cien Acres», Christopher Robin (Scott Chambers) intenta recomponer su vida mientras los habitantes del pueblo de Ashdown lo consideran culpable de la ola de asesinatos perpetrada por Pooh (Ryan Oliva) y sus compañeros salvajes del bosque, Piglet (Eddy MacKenzie), Tigger (Lewis Santer) y Owl (Marcus Massey). Christopher busca ayuda de un terapeuta para superar su trauma, pero pronto la matanza comienza de nuevo, con tres estudiantes asesinadas brutalmente en el bosque.
Aunque se inventa una historia de fondo sin sentido para los viles antagonistas antropomórficos, el director Rhys Frake-Waterfield, que regresa en esta entrega, prescinde rápidamente de cualquier semblanza de trama. Pooh y compañía continúan su carnicería implacable entre los residentes locales. A pesar de todo, esta secuela es un nivel superior a su predecesor en términos de producción, aunque sea relativamente. Chambers ofrece una actuación visible, la película sigue siendo en gran medida un cine para fanáticos del género.
La película hace múltiples alusiones a clásicos del horror, como Pesadilla en Elm Street y Viernes 13, hasta acercamientos a otros clásicos como La Isla del Dr. Moureau, pero el guión de Matt Leslie nunca logra acercarse a esos niveles de calidad. Los diálogos están llenos de señales obvias, como el guiño a los cuchillos de aspecto peligroso en el lavavajillas de la casa Robin: un momento que, como muchas otras cosas en esta secuela, es deslumbrantemente obvio pero es un presagio de una escena violenta y gore.
En resumen, Winnie Pooh Miel y Sangre 2 es superior a la primera entrega (no necesitaba mucho), gracias a algunos valores de producción mejorados y el esfuerzo por parte de Chambers por darle dramatismo al personaje de Chirstopher Robin. Se hace disfrutable para los amantes del género por que tiene escenas de violencia gráfica, aunque carezca de sustancia narrativa y tenga un guión que falla en capturar la esencia de las películas de terror clásicas a las que intenta rendir homenaje.
PD: Tiene una sorpresa post-crédito que anuncia una nueva producción de otro clásico film animado.