Esta semana se estrenó en cines la comedia uruguaya más vista en 2022, protagonizada por Chepe Irisity y la reconocida actriz Daryna Butryk.
Dentro de la vorágine provocada por el Barbieheimer y el arribo de tanques cinematográficos como como Blue Beetle. La comedia romántica trata de hacerse su lugar dentro de las salas argentinas con guiones que intentan romper el molde del género. Hace un par de semanas nos llevamos una agradable sorpresa con Hazme el favor, la comedia protagonizada por Jennifer Lawrence, que subvertía el viejo concepto de la joven virgen, extrovertida y enamoradiza que se enamora del hombre hipersexual clásicas en el género. Julio, Felices por siempre busca ir en el mismo sentido con una premisa que sigue al hombre como el personaje sensible y enamoradizo, influenciado por «las películas de Disney».
El personaje en cuestión es Julio, un individuo cuya felicidad se ha visto desgastada por desilusionantes experiencias amorosas. Su mundo da un giro completo al cruzarse con Claire, una turista estadounidense, mientras ejerce de guía en Colonia del Sacramento. Su vínculo florece con intensidad, pero sus esfuerzos por reunirse con Claire en Estados Unidos se ven frustrados, forzándolos a explorar otras vías.
En las últimas décadas, las comedias románticas han representado uno de los géneros cinematográficos más tradicionales. Sus protagonistas se embarcan en travesías amorosas que logran conectar con el público. Pero a pesar de este panorama predecible, el director Juan Manuel Solé consigue llevar a cabo esta película de manera refrescante; porque, si bien la obra incluye guiños que pueden evocar otros filmes, indudablemente exhibe una identidad propia, especialmente al mostrar pintorescas locaciones nacionales y por la particular forma de narrar la historia de Julio, que comienza con el personaje aislado de la sociedad, en una comunidad hippie, luego de sus desencuentros amorosos, para luego hacer un recorrido por cada una de sus relaciones.
Para destacar que los instantes humorísticos se erigen como los puntos más altos, aliviando a la audiencia de lo que podría ser una trama amorosa excesivamente empalagosa. Además, la actuación de Daryna Butryk merece mención especial, considerando su brillante interpretación como Cecilia Roth en la serie El amor después del amor; pero también de Chepe Irisity, quien con su interpretación logra componer un Julio sincero, natural y sensible.
En resumen, Julio, Felices por siempre se erige como una comedia romántica simple y básica, pero original, con algunos condimentos políticos e ideológicos sutilmente diseminados (hasta la foto de un ex presidente argentino relacionado con un maltratador empresario). Pero más allá del comentario que puede incomodar a alguno, el resultado final termina siendo una película divertida, ideal para un fin de semana, gracias a su agradable dinámica y la entrañable profundidad de sus personajes.