Este jueves se estrena en cines argentino, la ficción de Maxi Gutiérrez que explora un momento cumbre del rock nacional: la grabación del primer disco de Los Twist.
Si hay un disco que las nuevas generaciones no tienen tan presente —y que, paradójicamente, es una pieza fundacional del rock argentino— es La Dicha en Movimiento, aquel primer gran álbum de Los Twist producido nada menos que por Charly García. Un disco vibrante, juguetón, rockabilly, con ese pulso casi punk de la banda liderada por Pipo Cipolatti, acompañado por una Fabiana Cantilo en pleno ascenso y un Daniel Melingo tan talentoso como indomable. Esa energía, esa impronta y ese instante único de la historia del rock nacional son el corazón de la nueva película de Maxi Gutiérrez, que toma ese clima y lo convierte en un coming-of-age musical.
La historia sigue el paso de la adolescencia a la madurez de Mario (el youtuber Kevsho), un chico común que, tras quedar “flechado” por Ana (Ornella D’Elía) -una joven del entorno de Los Twist- se cuela por accidente en la legendaria grabación del disco “La dicha en movimiento”, producido por Charly Garcia en los míticos Estudios Panda. Mientras intenta conquistar a Ana, Mario se convierte sin saberlo, en testigo privilegiado del nacimiento de uno de los álbumes más influyentes del Rock Nacional.
Lo que empieza como una aventura romántica entre ellos se transforma pronto en un viaje al estilo Almost Famous de Cameron Crowe: una travesía donde ambos serán testigos de un instante irrepetible, cargado de choques creativos, tensiones internas y esa electricidad que solo aparece cuando un grupo está a punto de hacer historia sin saberlo.

La película reconstruye con sensibilidad las fricciones y pequeñas batallas dentro de Los Twist: Melingo (Guido Penelli) , incómodo ante cualquier cámara, enfrentado a la exposición; Cipolatti, en una simpática interpretación de Julián Cerati, obsesionado con cada detalle, anotando gestos, tonos, silencios; Y, sobre todo, Fabiana Cantilo, interpretada con precisión por Sofi Morandi, quien logra capturar no solo la voz, sino el temblor íntimo de ese momento: el de anunciarle a la banda que los dejaría para unirse a Charly García. Su mirada, su energía y esa mezcla de fragilidad y determinación componen uno de los grandes hallazgos del film.
La Dicha en Movimiento funciona como una película tierna, luminosa, casi inocente, en el mejor sentido: contagia la emoción de descubrir un tesoro cultural y devuelve a escena un disco que pidió a gritos ser revisitado. Gutiérrez entiende que el rock no es solo música: también es mito, memoria, amistad, desencuentros, amor y un poco de caos. El resultado es un homenaje a un momento bisagra del rock argentino y, al mismo tiempo, un relato accesible para quienes no conocen la historia detrás del disco.