Este jueves se estrena en cines la nueva película del aclamado director newyorkino, protagonizada por Austin Butler y Zoe Kravitz.
Darren Aronofsky es un director que se caracteriza por tener una mirada pesimista y compleja de la vida, explorar las obsesiones y lo más bajo del ser humano. Basta recorrer su filmografía para confirmarlo: El cisne negro, Réquiem por un sueño, El luchador, incluso La ballena. Sin embargo, esta vez, con Atrapado robando, sale de ese esquema y entrega una película mucho más optimista, entretenida y divertida.
El film sigue a Hanks (Austin Butler), un barman de Nueva York cuya prometedora carrera como beisbolista se ve interrumpida por un trágico accidente en el que muere su mejor amigo y que además le deja una rodilla destrozada. Fanático del béisbol —en especial de los los Giants—, sobrevive en soledad acompañado por su novia paramédica (interpretada por Zoe Kravitz) y Russ, un vecino punk londinense de actitudes sospechosas, encarnado por Matt Smith.
El tema se complica cuando Russ le encarga el cuidado de su gato, debido a un viaje a Londres para atender a su padre, quien se encuentra con un problema de salud. Al día siguiente un par de matones rusos irrumpirán en su hogar en búsqueda de algo que les pertenece. Por un malentendido, Hank se verá involucrado en un raid alocado y violento por las calles de una Nueva York marginal.

La película tiene momentos de humor muy logrados, como el Bar Mitzvah con la Bubbe y los dos rabinos (interpretados por Vicent D´onofrio y Liv Schreiber), o la aparición de Colorado, interpretado por un divertido Bad Bunny y sus dos laderos rusos, villanos que condimentan la trama con un aire juguetón y caótico. Todo esto le da a la historia un pulso cercano a aquel cine pulp de matones, trampas y bandas marginales de los noventa que supo cultivar Guy Ritchie en Snatch o Cerdos y diamantes. Además, la atmósfera se ve reforzada por la música de Idles, la potente banda británica-irlandesa que funciona como telón de fondo en varias secuencias clave.
Detrás de esta historia está Charlie Huston, escritor de la novela original y del guion. Atrapado robando forma parte de su trilogía literaria sobre Hank Thompson, un adorable antihéroe fanático del béisbol que intenta escapar de un caso de identidad equivocada, lidiar con su pasado y construir una nueva vida. La saga se completa con Six Bad Things y la cuarta novela de Huston, A Dangerous Man, que siguen las desventuras del personaje mientras combina astucia, humor y mala suerte en un mundo que no lo deja tranquilo.
Eso sí, Atrapado robando no es perfecta. Tiene irregularidades, especialmente cuando Aronofsky intenta colar su sello personal: explorar las miserias humanas, los costados más oscuros de sus personajes y un dramatismo intenso que, por momentos, desentona con el espíritu lúdico de la propuesta. También aparecen guiños a la gentrificación y a los problemas sociales de Nueva York, pero quedan tratados de forma superficial, casi como un ruido de fondo que no termina de encajar.
El resultado es una película híbrida, irregular; una especie de cruce improbable entre Aronofsky y Guy Ritchie, donde la violencia, el humor y la música conviven en un relato que sorprende por su energía, aun cuando a veces pierde el rumbo.