Luego de su proyección en el BAFICI 2024, este jueves se estrena en el Cine Gaumont y el Atlas Caballito la película dirigida por Michael Taylor Jackson.
Bajo Naranja (2024) nos presenta un relato lleno de subversión y provocación, donde un mochilero californiano se sumerge en la escena teatral alternativa de Buenos Aires. Taylor Jackson interpreta a un joven que llega a la ciudad en busca de una conexión histórica con Hipólito Bouchard, militar y corsario francés que luchó por la causa de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Sin embargo, sus planes se tuercen cuando le roban su documentación, y en su afán por sobrevivir, termina uniéndose a un grupo de teatro autogestionado que desafía las normas establecidas.
Atrapado en este universo bohemio, el protagonista se enfrenta a un choque cultural y a sus propios prejuicios. El grupo teatral, liderado por un elenco dinámico (con actuaciones de Sofía Gala Castiglione, Vera Spinetta, Bel Gatti y Gianluca Zonzini), lo empuja a repensar su visión del mundo, mientras él mismo deja una marca inesperada en los demás. La trama gira en torno a la preparación de una polémica obra donde se le asigna el papel de Henry Kissinger, figura clave detrás del Plan Cóndor, lo que desencadena tensiones entre los personajes, abriendo discusiones sobre política, poder y memoria histórica.

Más que una simple comedia dramática, Bajo Naranja es una exploración profunda de las dinámicas sociales y la identidad en un contexto postcolonial. La película aborda con agudeza temas como la representación, la sexualidad y los roles de poder, utilizando el teatro como metáfora para la construcción y deconstrucción de la realidad. Michael Taylor Jackson dirige esta película con una mirada externa que aporta un análisis fresco, pero también crítico, de las costumbres argentinas y estadounidenses.
La obra tiene una estética impregnada del espíritu punk del underground porteño. A través de la interacción entre los personajes, se plantean preguntas sobre cómo nos relacionamos con el arte, la política y los demás, todo bajo un filtro de irreverencia y humor ácido. Bajo Naranja invita a una reflexión sobre las fronteras que definimos y los prejuicios que cargamos, haciéndonos cuestionar los roles que adoptamos en la sociedad y cómo el arte puede ser una herramienta de cambio.
Esta película va más allá de la comedia o el drama; es un ejercicio crítico sobre el poder de la representación y cómo el arte puede confrontar los traumas del pasado. Bajo Naranja es una obra audaz y con un mensaje claro, que cuestiona el statu quo y nos invita a reconsiderar las dinámicas de poder y las formas en que interpretamos la historia y la identidad.