La Conversión | Review

Nuestra puntuación

Se estrenó en cines la última película del veterano director italiano, responsable de Vicenre, El Traidor, Buenos Días, Noche, entre otras.

Marco Bellocchio es conocido por su cine crítico a las instituciones y su habilidad para resaltar episodios vergonzosos de la historia italiana. Continuando esta tradición, en su nueva película explora la cruel historia de Edgardo Mortara, un niño judío secuestrado por la Iglesia Católica y confiado a religiosos. Este secuestro, al igual que en su película Vincere de 2009, que narra la vida de la amante de Mussolini y su hijo, pone de relieve la crueldad de las instituciones religiosas en el pasado.

Basada en hechos históricos que escandalizaron a Europa y a la prensa estadounidense en su momento. Todo comienza cuando una noche la policía pontificia irrumpió en la casa de la familia Mortara y se llevó al pequeño Edgardo, alegando que había sido «bautizado» en secreto por una sirvienta preocupada por su alma. La Iglesia demandó entonces educar al niño según sus preceptos, separándolo brutalmente de su familia. Edgardo fue criado en un convento, donde junto a otros niños judíos, fue convertido y adoctrinado bajo los preceptos del catolicismo. A pesar de los esfuerzos de la familia Mortara y de la comunidad judía, incluso la intervención de Napoleón III fue en vano.

La película no solo aborda la crueldad de la Iglesia, sino que también captura la caída del poder del Papa-Rey Pío IX y la formación del Reino de Italia con Roma como su capital. Retrata minuciosamente esta época, desde los barrios judíos de Bolonia hasta el Palacio Pontificio, utilizando una cinematografía que recorre calles, mercados, escaleras y pasillos, con una iluminación que refleja sentimientos de miedo y angustia. Bellocchio no intenta contemporaneizar la historia de Edgardo Mortara; no obstante, la narrativa resuena con los problemas actuales del fanatismo religioso y el resurgimiento del antisemitismo en Europa.

La Conversión es una obra de Bellocchio que no solo nos cuenta una historia desgarradora, sino que también invita a reflexionar sobre los horrores del adoctrinamiento y el abuso de poder. La interpretación de Paolo Pierobon como el Papa-Rey Pío IX se destaca por sobre todas, mostrando a un hombre cuya apariencia amable oculta una profunda crueldad. Bellocchio utiliza este personaje para ilustrar la hipocresía y el fanatismo que aún resuenan en la sociedad moderna. En última instancia, el film es una poderosa meditación sobre la lucha por la identidad y la libertad en medio de la opresión, ofreciendo una narrativa que es a la vez histórica y sorprendentemente actual.

Compartir: