[BAFICI 23] La Edad Media de Luciana Acuña y Alejo Monguillasky.

Nuestra puntuación

Dentro de la Competencia Oficial Argentina del BAFICI, se estrenó la comedia filmada durante el aislamiento preventivo.

Cleo Monguillasky protagoniza

Todo arranca en el preciso momento en que se anuncia el aislamiento. Alejo, Luciana y su hija Cleo deben quedarse en su PH por la pandemia de COVID reciente. Mientras la pareja trata de adaptar sus actividades teatrales y audiovisuales (su cabeza también) a las nuevas forma de vida, la pequeña combina las tareas escolares con sus sueños de poder ver más de cerca la luna a través de un telescopio. De esta manera, lo que comienza como una comedia con gags y diálogos ocurrentes sobre la inédita situación que le tocó vivir al mundo durante los últimos años se transformará en una reflexiva película que mezcla momentos delirantes con otros de angustia contenida.

En Por el dinero Monguillasky mostraba como el argentino se adaptaba a las circunstancias y con el clásico «lo atamo’ con alambre» cuando un grupo de teatro intentaba llevar adelante una obra de teatro, en La Edad Media muestra como los protagonistas se adaptan a su entorno con los pocos recursos que tienen a mano. Alejo con su adaptación de Esperando a Godot de Samuel Bekett, Luciana enterándose de como sus proyectos se caen y buscando la manera de poder seguir adelante con la actividad que no solo le apasiona, sino que es la que le da el sustento para poder tener vivir.

Los conflictos internos de los tres conducirán a un quiebre que afectará las relaciones Así, Cleo deberá adaptarse a la nueva realidad y entender que los padres están con sus propias crisis, por eso, más allá del encierro su descon su conexión con el exterior será «Moto» el delivery, quien no solo será el encargado de vender los productos que le da para juntar dinero para comprar un telescopio, sino que también tratará de explicarle (a su modo) sacar porcentajes y como funciona el mercado que hace que el telescopio aumente de precio, cuestiones que ella aprendería más adelante pero que las actuales circunstancias obligan a apurar la enseñanza.

Lo efímero de la vida, el consumismo innecesario, la mirada inocente y los deseos de una niña, la locura del encierro, el aburrimiento, la angustia del artista que se debe arreglar con las ruinas de la post-pandemia para hacer obras dentro de un nuevo contexto. Eso, sumado a la selección musical que incluye la bella Hold On de Tom Waits, boleros interpretados por Poli y Prietto y el aporte de Gabriel Chwojnik, hacen de La Edad Media una comedia ocurrente y reflexiva que divierte por sus formas, pero sorprende con la actuación de Cleo Monguillasky, el alma de la película junto con su fiel ladera Juana, un animal de aspecto «galgoide» que será testigo privilegiada de las delirantes situaciones de sus dueños.

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