Dirigida por el indonés Timo Tjahjanto, este jueves se estrena en cines la secuela de acción estadounidense del 2021, protagonizada por Bob Odenkirk.
En 2021, en pleno reacomodamiento del cine tras la pandemia, nadie la pasó mal en streaming como Nobody. Allí Bob Odenkirk (sí, nuestro eterno Saul Goodman de Breaking Bad y Better call Saul) sorprendió encarnando a un asesino retirado que intentaba vivir como un hombre común, hasta que la violencia lo empujaba de nuevo al ruedo. Era un combo extraño y delicioso: acción y ultraviolencia con un humor ácido sostenido en el carisma del personaje. El resultado fue un éxito inesperado que encontró su lugar en la pantalla hogareña.
Ahora, Hutch Mansell regresa en Nadie 2, pero con un tono de “vacaciones forzadas”. El plan es simple: entre trabajos como sicario para pagar una deuda interminable, decide escuchar a su familia y tomarse un respiro. Organiza entonces un viaje a Plummerville, aquel pueblo donde había sido feliz en su infancia junto a su padre y su hermano. La idea es clara: “descansar y generar recuerdos lindos”. Pero la paz dura poco. Apenas llegan, descubren que el lugar está bajo el control de una red de narcotraficantes protegidos por la policía local, con Landina (una Sharon Stone en modo villana absoluta) al mando.
El guion entonces se transforma en un parque de diversiones sangriento: vacaciones que terminan en una carnicería, como si Vacaciones de Chevy Chase hubiera sido escrita después de una maratón de The Raid. La película se sostiene en dos pilares: el carisma intacto de Odenkirk y una acción coreografiada con brutalidad exagerada. Y acá aparece la gran novedad: Timo Tjahjanto, maestro indonesio del cine de acción, quien imprime a cada secuencia un ritmo vertiginoso y un pulso visual mucho más extremo que en la primera entrega.
Nadie 2 repite fórmula, la lleva al límite y la envuelve en un aire de comedia negra con sangre a chorros. El resultado es un entretenimiento frenético y autoconsciente, perfecto para quienes disfrutaron de la original y ahora quieren ver a Hutch en modo vacaciones… aunque con más cadáveres que fotos familiares en el álbum.