Se estrenó en el Cine Gaumont y en el Centro Cultural San Martín el documental que adapta el cuento infantil para explorar el feminismo y su lucha dentro de un micromundo familiar.
Rescatando la idea del clásico cuento infantil, en el documental Caperucita Roja, las historia de las mujeres de ellas se convierten en reflejo de la represión femenina intergeneracional, como un manifiesto feminista que expone las luchas de la mujer moderna y su desconexión histórica con la mujer antigua, representada en una abuela que afrontó guerras, casamiento forzado y víctima de trabajo infantil. En ella se notan frescos esos recuerdos, tan fresco como el recuerdo de los cuentos que la abuela le contaba a sus hijas y que también le ha contado a sus nietas.
Son tres las generaciones de mujeres que se juntan a charlar en la casa de la abuela, ubicada en el medio del bosque de un pueblo de España. La abuela es Juliana, una tierna señora españolas muy menuda, con una incansable fuerza interior que la lleva a estar permanentemente en movimiento. Pero su mirada del mundo está marcada por su pasado de maltrato personal en el seno de una familia campesina que no era la propia y de haber pasado su infancia en una época en la que la guerra era un horror cotidiano para quienes lo vivieron. Ella escribe esas memorias mientras sus hijas y nietas recuerdan su infancia y debaten
Emotivo, irónico y divertido cuando se juntan a dialogar abuela, hijas y nietas, pero doloroso cuando la señora mayor cuenta la sufrida historia de su pasado. Tamau Mazú González compone un fresco auténtico y comparativo que refleja de los motivos incuestionables de la lucha feminista actual; porque no hayan más mujeres, como Juliana, obligadas a vivir una vida que no quieren y sometidas a los mandatos sociales de una cultura machista y patriarcal.
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