[Crítica] SAW X de Kevin Greutert

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Este jueves se estrena en cines la décima entrega del famoso asesino Jigsaw, esta vez con la vuelta de Tobin Bell.

Hollywood persiste en su búsqueda de exprimir al máximo sus franquicias y sagas, evidenciando una carencia de ideas originales. La décima entrega de la saga SAW es un ejemplo representativo de este fenómeno, donde la violencia gráfica se convierte en el centro de la trama. La sobreexplotación y la ausencia de creatividad plantean la pregunta sobre cómo la industria cinematográfica ha llegado a este punto.

El ciclo vicioso de secuelas parece motivado principalmente por la codicia financiera de Hollywood, donde el género del terror, rentable y de fácil producción, se convierte en una elección obvia. La saga SAW, en particular, ha perdido su esencia original tras el éxito de las primeras entregas y se ha sumido en una narrativa cada vez más confusa y centrada en el morbo. Incluso intentos como el spin-off ‘Espiral‘, dirigido por Chris Rock, no logran capturar la esencia original y se convierten en un intento fallido de desviarse de la trama central.

Después de ese horror, la saga regresa, pero en esta ocasión con el propio Jigsaw, también conocido como John Kramer interpretado una vez más por Tobin Bell, pero como sabemos que está muerto, aquí lo tenemos resucitado mediante un truco ciertamente ingenioso, la película tiene lugar entre la primera y la segunda película de Saw, que como sabemos en esos tiempos Kramer se enfrenta a su diagnóstico de cáncer terminal, al que le quedan apenas unos meses. Este se entera de un nuevo tratamiento que lo podrá ayudar a curar su enfermedad, por lo que vuela a Ciudad de México animado por la promesa de una cura. Pero una vez finalizado su procedimiento, Kramer descubre que todo fue una cruel estafa y promete enseñarles a los estafadores una lección inolvidable, y lo que sigue es predecible, visto y revisto.

Aunque la estética de SAW X intenta evocar la nostalgia de las primeras películas de la saga, su trama se siente forzada y predecible. El regreso del villano Jigsaw, interpretado por Tobin Bel busca reavivar la franquicia, pero la trama se torna previsible y carente de suspenso. Lo positivo que en su intento de construir una narrativa más clara, la película está en un nivel superior a las últimas entregas, lo que dejará satisfechos a los fans, porque tampoco no falta las escenas gore y grandes cantidades de sangre.

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