Drive my car de Ryûsuke Hamaguchi

Nuestra puntuación

Dentro de la sección Autores y Autoras del 36° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se estrenó la película del director de Happy Hour, basada en un cuento de Haruki Murakami.

Hidetoshi Nishijima y Tôko Miura protagonizan Drive My Car

El reconocido y aclamado actor de teatro Kafuku (Hidetoshi Nishijima) descubre que su esposa, una actriz y guionista de televisión, está teniendo sexo con una de sus jóvenes estrellas. Luego de cancelarse su vuelo, irrumpe por sorpresa y la encuentra con otro hombre, pero en lugar de reaccionar elige cerrar la puerta y retirarse en silencio. Una semana después, ella que parece querer confesarse con el marido al que parece amar, pero nunca puede concretarse, ya que el la encuentra muerta luego de sufrir un derrame cerebral, arrastrando a la tumba la cuestión de su motivación, su sinceridad y sus verdaderos sentimientos.

Luego de dos años, Kafuku todavía está en un estado de duelo, camino a Hiroshima para dirigir una producción experimental de ‘Tio Vanya’ de Antón Chéjov en la que todas las partes se hablan en diferentes idiomas (incluido el signo). El título de la película se refiere a Watari (Tôko Miura), la callada conductora y fumadora empedernida que los organizadores del festival han contratado para Kafuku, ya que por la pérdida de la visión en un ojo no puede manejar. Poco a poco, conoceremos más de la vida de Watari, quien es en gran medida se convertirá en un jugador periférico para las dos horas de apertura iniciales de la película, antes de que la pareja finalmente decida abrir, hablar unos con otros sobre sus diversas aflicciones y su pasado, en un intento por encontrar algún tipo de paz espiritual.

Con algunas revelaciones narrativas que parecen salidas de las telenovelas, Hamaguchi rechaza la edición natural y los ritmos de la trama de las películas convencionales, eligiendo en cambio opulentos intercambios de amplios diálogos que, en lugar de prolongarse, se siente perfectamente calibrados. Sus casi tres horas de duración casi que no se sienten, ya que en cada diálogo el director nos sumerge en la vida trágica de los personajes, diagramados cada uno con absoluta maestría. De esta manera, el drama se elimina lentamente de las interacciones en lugar de simplemente arrojarse allí para pasar a la siguiente escena.

Drive My Car es fascinante y amplia en sus contenidos; son esas películas que uno podría pasar horas analizando. Nos habla del dolor, de la monogamia, de los deseos, de las heridas del pasado que siempre nos acompañan y con las que debemos lidiar día a día para seguir viviendo. Un film donde hasta el Saab 9000 Turbo de Kafuku tiene vida, de una sensación de emoción sincera envuelta en alegría y asombro, como si siempre hubiera algo mágico y de otro mundo en el aire a pesar de los escenarios reales.

¿Te gustó la publicación? Dale click al enlace para ayudar a los medios independientes: https://cafecito.app/brunocala

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *