Este jueves se estrena en cines la nueva película del director londinense protagonizada por Jason Statham, Hugh Grant y Aubrey Plaza.
La carrera de Guy Ritchie (Rockandrolla, The Gentlemen; Snatch: cerdos y diamantes y Juegos Trampas y dos pistolas humeantes) es capaz de ofrecernos obras inolvidables como las mencionadas y, al mismo tiempo, algunas películas para el olvido (Revólver, Swept Away). Muchas veces abusando del montaje acelerado para realizar las elipsis temporal o de hacer un cine excesivamente «en pose», con un torbellino de planos que no dan tregua, giros enrevesados que mezclan intereses oscuros de multimillonarios de buenos modales, de gangsters de barrio y mafias asiáticas.
Pero la fórmula se hizo repetida y sus películas carecían de sorpresa. The Gentlemen puede ser el último exponente de ese tipo de cine por parte de Guy, ya que en su última producción, Wrath of Man, donde volvía a juntarse con Jason Statham, su estilo cambió para realizar una historia de venganza lineal dentro de un universo de ladrones de camiones de caudales (basada en la película francesa de 2004 Le Convoyeur).
Esta vez vuelve a unirse con Jason Statham, quien interpreta al agente del MI6 Orson Fortune, quien, junto a su equipo reclutan a una de las estrellas de cine más importantes de Hollywood (Josh Harnett), para que los ayude en una misión encubierta para rastrear y detener la venta de nuevas tecnologías de armas mortales, a manos del multimillonario Greg Simmonds (Hugh Grant).
Agente Fortune: el gran engaño es un Guy Ritchie dando un paso atrás en búsqueda de una identidad. No se complica tanto, no apela a las clásicas subtramas que se juntan en un punto en común ni abusa del montaje acelerado y las escenas en cámara lenta; se burla del cine maistream hollywoodense como hacía en The Gentlemen pero también hace una especie parodia de Misión Imposible. La incorporación de pintorescos personajes le ponen una buenas dosis del humor en los diálogos (la trifecta Hugh Grant, Aubrey Plaza y Josh Harnett funcionan muy bien), algunos gags divertidos y escenas de acción bien coreografiadas hacen de la película un digno entretenimiento, que no pretende nada más que hacernos pasar un buen rato..