[RESEÑA] Terrifier 2: El Payaso Siniestro de Damian Leone

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De la mano de la distribuidora Terrorífico Films, llega a los cines argentinos la segunda parte de la película que sigue a Art The Clown.

Este jueves llega a nosotros uno de los films de terror más esperado del año. Mucho se hablado sobre ella; se ha dicho que la gente abandona la sala con señales de malestar estomacal por las escenas de violencia, por eso cabe aclarar que Terrifier 2 no es para todos. Hay que ir preparado para lo que será un festín de desmembramientos, canibalismo, muertes explícitas y extremas. Detrás de semejante salvajada hay un responsable, es Damian Leone, un joven director que en el 2016 sorprendió con una película de muy bajo presupuesto (solo 35 mil dólares) que se ha convertido en un éxito de ventas llegando a recaudar más de 14 millones de dólares. En esta nueva entrega el presupuesto es mayor y también la duración (más de dos horas), pero no significa que pierda el espíritu.

El protagonista es de nuevo Art, the clown, pero esta vez la historia inicia exactamente donde terminó la primera: en una morgue en la que inexplicablemente revive Art. El payaso asesino volverá con su raid de brutales asesinatos, pero en el camino encontrará una nueva víctima-némesis llamada Sienna Shaw (Lauren LaVera), un personaje que va en sintonía con otras clásicas heroínas del slasher como Nancy Thompson de Pesadilla en Elm Street o Laurie Strode de Halloween: una joven bella que huye, pero que siempre vuelve para dar batalla.

Coincidentemente con el reciente fallecimiento de Ruggero Deodato, pionero del horror extremo con su Holocausto caníbal de 1980, Terrifier 2 recupera la mística de del cine de terror de los 70 y de los 80. A través de la utilización de efectos análogos (maquillaje, juegos de perspectivas). Damian Leone elebora un festín de muertes explícitas, violencia y sadismo con las mismas herramientas que utilizo en la primera parte, con la salvedad que le agrega a la historia elementos que nos sirven para dar un indicio de su origen. Una niña maquillada de la misma manera que el payaso a la que solo ven Art, Sienna y su hermano; viejos dibujos del fallecido padre de ellos donde aparece el asesino y los sueños de la joven son pequeñas pistas para darle algo de sentido a lo que estamos viendo.

Pero las pistas que puedan aparecer quedan sujetas a la mera interpretación de lo que arme el espectador en su cabeza, porque si hay algo que está ausente en Terrifier 2 es la coherencia. Nada de lo que sucede alrededor del payaso tiene sentido o explicación alguna. De esta manera puede mutar entre ser un inocente y tierno personaje que solo requiere un poco de atención o un despiadado asesino sediento de sangre y carne humana. Tampoco sabemos si Art es mortal o inmortal, todo se sucede a antojo del guión, llevado al extremo tal que tendremos varios finales que no terminarán siendo tales; lo mismo que sucede con algunos elementos fantásticos como una espada que adquiere poderes mágicos.

Si a eso le sumamos actuaciones rudimentarias, donde solo LaVera, como Sienna y David Howard Thorthon como Art le dan profesionalismo a la película y una edición con varios tropiezos parece que estamos ante una película mala. Pero no es así, una estricta paleta de colores se complementa con una música ochentera para darle al film una atmósfera clásica del género que, sumado a las incoherencias y lo absurdo del relato hacen de Terrifier 2 un nostálgico exponente del cine clase B que complementa bien el humor con la violencia explícita.

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