Se estrenó en Prime Video, la adaptación cinematográfica de la saga literaria de zombies escrita por Manel Loureiro.
Apocalipsis Z: El principio del fin nos lleva a un mundo devastado, donde un virus despoja a las personas de su humanidad, convirtiéndolas en criaturas rabiosas y peligrosas. En medio de este caos, un hombre común, con más problemas personales que habilidades de supervivencia, emprende un viaje imposible desde Galicia hasta Canarias, con la única esperanza de reencontrarse con su familia y salvarse de un apocalipsis que devora todo a su paso.
Carles Torrens y Ángel Agudo nos entregan una adaptación inteligente y visceral, donde no se trata solo de infectados y escenarios post-apocalípticos, sino de la dureza de un mundo reconocible, casi un espejo oscuro de nuestra propia realidad. En cada esquina hay un reflejo inquietante de lo que podríamos ver ante un colapso total: la desorganización política, la desesperación colectiva, los saqueos a supermercados.
Francisco Ortiz se encarga de darle vida al protagonista, un héroe que nunca pidió serlo y que apenas logra mantenerse en pie por una tragedia familiar, pero cuya determinación lo convierte en un sobreviviente nato. No es la figura heroica a la que estamos acostumbrados; su viaje es desesperado y lleno de altibajos, y precisamente ahí radica su atractivo. Ortiz consigue que su personaje sea una mezcla perfecta entre vulnerabilidad y obstinación, en una actuación que hace que cada pequeña victoria se sienta como un triunfo monumental.
Hay escenas que destacan por su crudeza y su autenticidad: la tensión en el hospital, la visita a la vecina, las calles plagadas de peligro. No todo es perfecto (el episodio en el barco, por ejemplo, baja un poco el ritmo), pero la narrativa tiene suficientes giros y momentos de tensión para enganchar. Esta historia no pretende reinventar el género, pero aporta algo refrescante al terror zombi desde un enfoque nacional, dándole una perspectiva más cercana y cargada de sentido humano.
Apocalipsis Z: El principio del fin sabe exactamente lo que quiere ser: una película de terror cargada de suspenso, con una historia simple pero efectiva. Nos da héroes humanos, escenarios inquietantes y la dosis justa de esperanza y horror para mantenernos atentos, pero también nos da un final abierto, abierto para una continuación, que esperemos llegue pronto a la plataforma streaming.