Este jueves se estrena en cines argentinos la última película de Marcelo Leguiza, director de Mutazombie, Sonríe y Mocosis, entre otras.
Bianca (Noe Antúnez) es una mujer que trabaja como secretaria virtual y, sin saberlo, se verá envuelta en un peligroso juego. Su vida cambia por completo cuando, tras realizar un misterioso encargo, es secuestrada y encerrada junto a otra mujer en una casa remota, donde su captor (Germán Baudino) les inyecta un líquido que asegura las hará «más fuertes». Con una tenaz voluntad de escapar, Bianca logra herir al secuestrador y atraer la atención de los vecinos, quienes finalmente avisan a la policía, llevándola a su liberación. Sin embargo, lo que sigue es incluso más inquietante que su cautiverio.
Tras su rescate, Bianca intenta reinsertarse en su vida, pero las secuelas son profundas y difíciles de ignorar. Se encuentra constantemente vigilada, atrapada en una exposición mediática que, en vez de brindarle apoyo, pone en duda su versión de los hechos. Su vida pronto se vuelve un caos: deja de tomar su medicación, empieza a escuchar voces y ver cosas que no sabe si son reales o alucinaciones. En su aislamiento, el límite entre lo real y lo imaginario se vuelve cada vez más difuso. ¿Es su mente la que la traiciona, o hay algo que ella aún no ha podido entender sobre lo que le ocurrió?
El director Marcelo Leguiza construye un thriller psicológico que ahonda en los temores y traumas de Bianca, con una narrativa en la que el suspenso y la duda crecen a medida que el relato avanza. Al principio, parece que la trama se concentrará en el suceso traumático del secuestro, pero pronto se transforma en un juego de percepciones, logrando que el espectador se cuestione constantemente qué es real y qué no. A través de su técnica, Leguiza nos lleva a recorrer la confusión y el dolor de Bianca, sumergiéndonos en una atmósfera que resulta cada vez más asfixiante.
El resultado es un relato cautivador que obliga al espectador a armar sus propias teorías, manteniendo siempre la duda sobre la veracidad de los hechos. Así, la película se convierte en una experiencia cargada de intriga y misterio, en la que la mente de Bianca se convierte en el verdadero escenario de una lucha contra sus propios demonios.