Contra Todos de Moritz Mohr / Review

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Este jueves se estrena en cines la esperada película de acción protagonizada por Bill Skarsgård y producida por Sam Raimi.

En el mundo del cine de acción, la venganza es un tema recurrente que impulsa a los protagonistas a través de un viaje lleno de violencia y confrontación. En Contra Todos, dirigida por , este tema se manifiesta de manera intensa y sangrienta, destacándose por su acción al estilo de un videojuego.

La trama sigue a Boy (interpretado por Bill Skarsgård), un joven sordo y mudo que busca venganza por la muerte de su familia en un mundo distópico. Criado por un chamán (Yayan Ruhian) para convertirse en un asesino, Boy tiene un único objetivo: acabar con la familia responsable, liderada por Hilda Van Der Koy (interpretada por Famke Janssen). A lo largo de la película, Boy se comunica internamente, con la voz de H. Jon Benjamin guiando a la audiencia a través de sus pensamientos y emociones.

La película está repleta de secuencias de acción, en las que un silencioso Skarsgård demuestra su destreza en artes marciales, combate cuerpo a cuerpo y el uso de diversas armas. El director Mohr mantiene un ritmo frenético, con una sucesión constante de escenas de violencia y sangre que no da tregua. Además de la actuación destacada de Skarsgård, el elenco de apoyo, incluyendo a Janssen, Dockery y Jessica Rothe, añade dinamismo a la trama. Aunque la película puede pecar de exceso en ocasiones, ofreciendo más estilo que sustancia, sigue siendo un espectáculo emocionante y electrizante que sumerge al espectador en su caos sangriento.

Hay algo muy genérico y visto en otras películas de este tipo: la utilización de la sangre y la violencia como recurso humorístico de Deadpool, la cámara frenética y movediza con una base electrónica de fondo de John Wick, peleas cuerpo a cuerpo nerviosas y aceleradas a lo The Raid (sumada la presencia de Yayan Ruhian); más un universo de personajes secundarios y villanos extravagantes al estilo Los Juegos del Hambre. Pero la influencia mayor está en los gaming, sobre todo los arcades de los años 80 al estilo Double Dragón o Street Fighter, con sus pro y sus contras. A favor, porque es entretenida y no cansa; en el debe, porque la historia pasa a un segundo plano y queremos que pasen los diálogos (sobre todo el reiterativo recurso de la voz en off que narra los pensamientos de Boy), para saltar directamente a la acción y ver las escenas de pelea.

De esta manera, Contra Todos no termina siendo un producto novedoso y original. Es un combo de situaciones absurdas, muchas muertes y desmembramientos, que parece querer generar un universo que abra las puertas a más películas. El resultado final es un vertiginoso film propio de estos tiempos, que termina saturando y pidiendo un descanso ante tanta sobreestimulación visual.

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