[Crítica] La Sociedad de la Nieve de J. A. Bayona

Nuestra puntuación

Luego de su paso por el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, se estrena en cines la nueva película del director de El Orfanato, Lo Imposible, Un Monstruo viene a Verme y Jurassic World: El Reino Caido. A partir del 4 de enero en Netflix.

Entre quienes asistimos todos los años al Festival de Cine de Mar del Plata solemos decir que la experiencia cinematográfica se potencia, cada una de las películas que vemos día a día cobra una dimensión superior por el contexto y la coyuntura del lugar; un chipeo mental que hacemos al decir: «vengo a disfrutar el festival», Por eso, muchas veces las críticas que uno hace se ven influenciadas por el modo en el que uno está y del cual es difícil separarse, por más que hagamos el esfuerzo. Como decimos siempre, «en el festival nos gusta todo lo que vemos».

Pero hay experiencias que uno nota que están un escalón por encima de eso, que son transcendentales. Películas que al salir nos damos cuenta cuenta que tiene todas las condiciones para transformarse en hitos cinematográficos que uno no va a olvidar. Es lo que sucedió apenas salí de ver La Sociedad de la nieve la nueva película de J. A. Bayona, o Jota, como le decimos los amigos, ya que, casi que compartimos 48 horas full time a su lado, entre proyección, conferencia de prensa y masterclass. Al salir sentí que había estado en presencia de un evento cinematográfico. ¿Quizás influenciado por lo que mencioné antes? .

Asociado con Netflix, la quinta película del director catalán adapta el libro La Sociedad de la nieve de Pablo Vierci para contar la llamada «Tragedia de los Andes». El recordado accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aerea Uruguaya que trasladaba a Chile a una delegación de rugbiers uruguayos y que se precipitó en la Cordillera de los Andes. Solo algunos pocos sobrevivieron a la colisión del aeroplano y otros fueron pereciendo con el transcurrir de los 72 días que los jóvenes estuvieron ahí. Es conocida las medidas extremas que tuvieron que tomar para poder mantenerse con vida, que ya tuvo una adaptación cinematográfica en 1993, con VIven!. Es inevitable entrar en el terreno de las comparaciones, sobre todo porque luego de la película de Bayona, la cinta de Frank Marshall quedará sepultada en el olvido; solo aparecerá en la mente de los nostálgicos de los 90´o de admiradores de Ethan Hawke (que somos muchos) que quieran revisitar los inicios del notable actor norteamericano.

Como la cinta dura casi dos horas y media, Jota se toma su tiempo para presentar a cada uno de sus personas, pero no de un modo individual, sino de un modo grupal, interactuando entre ellos. Ya sea jugando al rugby u organizando el esperado viaje a Chile para jugar el torneo, los roles de cada uno dentro de lo grupal comienzan a ser delimitado. Ahí veremos quién será el líder, quien será el rebelde, quien será el pesimista y cual será el que sostenga al grupo en la anímico. Hasta que en un momento el eje se pone en Numa Turcatti Pesquera (consagratorio papel de Enzo Vogrincic), quien será el que relate en off las peripecias que pasaron los rugbiers durante esos eternos 72 días.

Através de Numa, se centra el vínculo íntimo entre jóvenes en apuros y sus intentos desesperados por sobrevivir en circunstancias extremas. Por tanto, la película se sublima como un drama humano arrollador que también termina siendo un canto a la vida. J.A. Bayona recoge el relato y lo adapta cinematográficamente con una pasión y un talento admirable para hacer posible lo que en un principio parece imposible. Para quienes disfrutamos «Lo imposible», valga la redundancia, en cines (una película sobre el terremoto y el tsunami de Sumatra) aún está fresco en nuestra memoria por su búsqueda del realismo profundo y el máximo drama humano. Acá la ambición de Bayona por llevar la experiencia al máximo puede más, apostando por realizar la película en las locaciones originales; con el agregado de la excelsa partitura de Michael Giacchino y la fotografía de Pedro Luque, que hacen de esta una obra de una dimensión diferente del cine catástrofe.

A pesar de las contradicciones que plantea al ser financiada por Netflix, La Sociedad de la Nieve termina siendo no solo una emotiva y épica historia de seres humanos luchando por sobrevivir en uno de los entornos más inaccesibles y hostiles del planeta; también se transforma en una declaración de supervivencia sobre como hacer cine ante el alud de los servicios streaming, las nuevas formas de consumos audiovisuales y el uso del CGI como herramienta. Jota Bayona demuestra una profunda pasión, tomando la historia y llevándola al extremo, siendo capaz de llevarse al elenco y su equipo técnico al lugar de los hechos, montar un set de filmación, para de esta manera hacer lo más realista posible su película. Lo logra, porque el resultado final es una experiencia cinematográfica inolvidable, sobre todo para aquellos que se animen a disfrutarla en una sala de cine.

  • Reseña hecha en el marco del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata 2023
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