Inteligencia artificial, huelgas sindicales, el adiós a las cuentas compartidas y más publicidad. El 2023 de Hollywood y sus plataformas de streaming

Tras un 2022 complejo para la industria, Hollywood despide 2023 en plena lucha por reencauzar su modelo de negocios.

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Al finalizar el año 2013 las ganancias combinadas de la incipiente Netflix, Paramount, Disney/Fox y Warner Bros. superaban los 23.000 millones de dólares. Diez años después ese número se había reducido a poco más de 2.500 millones de dólares. Por fuera de las situaciones coyunturales que influyeron en que la brecha se redujera en tal dimensión, como el traumático proceso de fusión entre Warner Bros. y Discovery, desde 2022 las grandes compañías de la industria audiovisual han visto la ralentización de un modelo de negocios que creció al calor de la pandemia, y que ahora se encuentra en proceso de readecuación.

Una de las protagonistas que mayores decisiones y riesgos tomó para revertir la situación fue Netflix. Tras experimentar durante los seis meses iniciales de 2022 la primera merma de suscriptores en su historia, la N roja logró cambiar la inercia con decisiones que no pasaron desapercibidas.

Por un lado, el comienzo de 2023 marcó el fin, luego de una fallida prueba piloto meses antes, de las cuentas compartidas; por el otro, Netflix implementó en el último tramo de 2022 un abono que incluye publicidad en los contenidos, y que ha expandido a lo largo de 2023 en diferentes países (todavía no en Argentina). Si bien no es el primer servicio de streaming en hacerlo, ya que HBO Max cuenta con un nivel de suscripción semejante en Estados Unidos desde 2021, el hecho de que la plataforma que venía a acabar con la televisión tradicional haya terminado imitándola exhibe con impiadosa contundencia la rudeza de la industria.

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La prohibición de compartir cuentas de manera gratuita tenía un objetivo entre ceja y ceja: incorporar en alguno de los planes de suscripción a los 100 millones de hogares que, según estimaciones de la propia compañía, utilizaban Netflix sin pagar. A pesar de que existen mediciones que indican un efecto negativo de la medida en países puntuales, por ejemplo en España, el resultado global fue exitoso. Al cierre del tercer trimestre de 2023, Netflix superó la cifra de los 247 millones de suscriptores, lo que representa un incremento de poco más de 24 millones respecto a los 223 millones que tenía en igual período de 2022.

El buen desempeño de Netflix tras la prohibición de compartir cuentas de manera gratuita llevó a que Disney+ anunciara que iba a actualizar sus términos y condiciones para seguir el mismo camino, y así empezar a desplegar un sistema similar a lo largo de 2024 que entraría en plena vigencia durante 2025. HBO Max (o Max, como ya se llama en Estados Unidos y como pasará a llamarse en el resto de los países durante 2024) planea seguir la misma estela. Sin embargo, lejos de imitar a la competencia y con la tranquilidad que le brinda tener como sostén económico a Amazon, Prime Video se burló con un tuit de Netflix, al recordar que ellos sí permiten socializar las contraseñas.

Análoga situación se vivió con la suscripción que incluye publicidad de entre 15 y 30 segundos. En su informe financiero del tercer trimestre de 2023, Netflix declaró que un 30% de las nuevas cuentas creadas durante dicho período en los países en los que el abono con publicidad está disponible (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Brasil, México, Alemania, Francia, Italia, España, Australia, Corea del Sur y Japón) pertenecen a ese nivel.  No obstante, representan 15 de los 247 millones de suscriptores activos actuales, por lo cual su impacto en las ganancias de la compañía es aún marginal.

Netflix también está tomando acciones complementarias para estimular su plan con anuncios: en Canadá dejó de estar disponible el plan básico (la opción más barata en Argentina) y lo reemplazó por el que contiene publicidad.

Al igual que con la prohibición de compartir cuentas, otras compañías tomaron nota: Disney+ lanzó su propio plan con publicidad y se espera que Prime Video haga lo mismo en 2024. HBO Max y Paramount+ hace tiempo abrazaron esa opción.

A pesar de las buenas nuevas para Netflix las ganancias de la compañía no despegaron, al menos hasta el tercer trimestre de 2023, de la misma manera en que lo hicieron las suscripciones, aunque sí mostraron una mejoría que le permitió anunciar un beneficio neto de 1.677 millones de dólares frente a los 1398 millones declarado durante el mismo período de 2022.

Aún con todas las dificultades y riesgos de las decisiones tomadas, la laboriosa tarea a la que se encomendó Netflix para dejar atrás el turbulento 2022 luce amena en comparación a lo que vivieron algunas de sus competidoras durante 2023.

Disney inició el año con la comunicación de que iba a despedir siete mil empleados, el 3% de su plantilla, con el objetivo de generar un ahorro por 5.500 millones de dólares. También avisó que durante el último trimestre de 2022 había perdido casi dos millones y medio de suscriptores de Disney+, sangría que se prolongó hasta el tercer trimestre fiscal de 2023, para el cual la cifra había aumentado a 14 millones de usuarios. Al igual que Netflix, Disney+ nunca había tenido que hacer frente a un escenario en el que los abonados dejaran su servicio.

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La compañía argumentó la caída en los suscriptores a partir de la pérdida de los derechos de transmisión de la liga de críquet de la India, país del que provinieron la mayoría de las bajas al servicio de streaming. La tendencia parece comenzar a revertirse en el cierre del año, ya que en el cuarto trimestre fiscal sumó siete millones de cuentas en todo el mundo a Disney+.

Si bien la casa de Mickey Mouse logró suavizar las pérdidas económicas de su servicio de streaming durante el correr de 2023 (el rojo cayó desde los 1.100 millones de dólares del último trimestre de 2022 a 387 millones en el primer trimestre de 2023), a día de hoy Disney+ sigue sin ser rentable, situación que los directivos esperan revertir durante 2024 a partir del recorte de gastos y la suba de precios en los planes de suscripción.

Los moderados éxitos en la reducción de pérdidas en algunas áreas, como la de los servicios de streaming, sumado a la mejora en la rentabilidad general de la compañía, le dieron alas a sus directivos para anunciar un ajuste aún mayor que el de los 5.500 millones de dólares iniciales, ya que esperan finalizar el año con un ahorro en gastos de 7.000 millones de dólares.

Rodeada por rumores de todo tipo, entre los que se incluye la posibilidad de que venda algunas de sus señales televisivas destacadas, como por ejemplo ESPN, FX y National Geographic, y enfrascada en un proceso de reestructuración desde que Bob Iger volvió al cargo de CEO en noviembre de 2022 tras el mal desempeño de compañía luego de su partida (había renunciado en febrero de 2020), Disney tomó medidas adicionales para recortar costos que la asemejan a otra de las grandes protagonistas del mercado: Warner Bros. Discovery.

Alquiler de catálogos, adquisiciones y rumores de fusiones

Si 2022 y 2023 fueron años difíciles para la industria, Warner Bros. Discovery es el caso testigo, el paciente cero. La empresa, a cargo de David Zaslav, se encuentra sumida en un proceso de ajuste draconiano que derivó en la poda de su catálogo, así como en innumerables cancelaciones de proyectos que se encontraban a medio terminar o finalizados pero a la espera de definir la fecha de estreno. Al igual que en Disney, hubo despido de personal pero a una escala menor: cerca de setenta personas perdieron sus puestos de trabajo. 

La cancelación de algunas de las producciones que ya se encontraban finalizadas han despertado sospechas de posibles ilegalidades en el ajuste fiscal de Warner Bros. Discovery. Por ejemplo, el congresista demócrata Joaquín Castro hizo notar en su cuenta de X (ex Twitter) que la empresa está evadiendo el pago de impuestos al usar esta estrategia y debería ser investigada por deslealtad competitiva. 

Los números financieros del tercer trimestre de 2023 presentados por Warner Bros. Discovery arrojaron un rojo por 417 millones. Sin embargo, es tal la situación económica de la compañía que esa cifra parece positiva si se la compara con los más de 2.000 millones de dólares que perdió durante el último trimestre de 2022. 

A pesar de contar con los ingresos de Barbie (película que superó los 1400 millones de dólares en taquilla y que desde hace unos días está disponible en HBO Max), el mal desempeño de algunas producciones importantes, como el caso de The Flash, menguaron el efecto positivo del film dirigido por Greta Gerwig. 

Si bien el área de la compañía D2D (direct to consumer) en la que está la plataforma de streaming HBO Max (o Max) presentó ganancias por 111 millones de dólares en el tercer trimestre de 2023, motorizadas por el aumento en el precio de los abonos de suscripción y la venta de publicidad, todavía está por verse de qué manera recibirá el público la unión de los contenidos de MAX y Discovery. Por lo pronto el primer resultado fue, según comunicó la empresa, una reducción de 700.000 suscriptores a su servicio luego de la fusión. 

La conducción de la compañía decidió apostar por las franquicias, remakes y reboots de sus propiedades intelectuales más populares como mecanismo para obtener ganancias de forma segura y rápida. Sin embargo, las señales de agotamiento que ha dado el universo cinematográfico de Marvel durante 2023, así como el flojo desempeño de las propias películas de Warner Bros. Discovery, cierne un manto de dudas sobre si es el momento adecuado para convertir a los héroes y villanos de DC en el eje de la estrategia de contenidos.

No obstante, el ajuste emprendido por Zaslav generó una de las grandes novedades de esta nueva era del streaming: el alquiler de catálogos. Si bien podían encontrarse en las diferentes plataformas contenidos que pertenecían a algunas de sus competidoras, la industria se había estructurado en los últimos años bajo la idea de que cada compañía ofreciera sus productos dentro de sus propios servicios on demand para obtener la mayor rentabilidad posible, lo que derivó en la proliferación actual de servicios de streaming. Esa idea es la que se ha trastocado, y es el motivo por el cual se pueden encontrar en Netflix series como Six Feet Under, The Pacific o Band of Brothers, emblemas de HBO y que poco tiempo atrás hubiese sido impensable imaginar dentro de la oferta de la N roja.

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Disney y Amazon encontraron atractivo el modus operandi de Warner Bros. Discovery, por lo que también decidieron empezar a alquilar su catálogo, en un movimiento que probablemente sea aprovechado por Netflix.

Disney no sólo comparte con Warner Bros. Discovery el alquiler de catálogos, sino que también, en tren de ahorrar costos y optimizar recursos, se encuentra sumida en fusiones internas como lo será la unión en un mismo producto para Latinoamérica de Disney+ y Star+, servicios que hoy en día se ofrecen por separado. Según Diego Lerner, presidente de la división latinoamericana de Disney,  este proceso finalizará en el segundo trimestre de 2024. La compañía también se encuentra en proceso de adquirir el tercio que le falta del paquete accionario de Hulu, empresa de la que ya posee los dos tercios restantes.

Con Disney, Warner Bros. Discovery y Paramount en una posición endeble, los rumores sobre posibles compras y fusiones están a la orden del día. Más allá de la veracidad o no de noticias tales como el supuesto interés de Apple por comprar Disney, de Universal por adquirir Warner Bros. Discovery  o de esta última por hacerse con el catálogo de Paramount, la situación delimita un paisaje en el que no sería sorpresa que la cantidad de jugadores se redujera más temprano que tarde.

El trabajo en la época de la IA y el streaming

2023 será recordado como un año histórico en Hollywood, aunque no por sus producciones (más allá del fenómeno Barbenheimer) sino por dos huelgas: la del sindicato de actores y la del sindicato de guionistas, algo que no ocurría en simultáneo desde hacía más de 60 años.

Amén de las particularidades de cada reclamo, hubo dos cuestiones que se repitieron en las peticiones de los gremios: regular el uso de la inteligencia artificial (IA) y el monto de los llamados “pagos residuales”.

Respecto a la IA, el sindicato de guionistas (WGA) temía por la utilización de herramientas similares a ChatGPT para la automatización de la producción de guiones, dado el impacto directo en los puestos laborales disponibles y la remuneración de los mismos. Por otra parte, también mostraron su oposición a que los sistemas de inteligencia artificial puedan ser entrenados con los guiones escritos por los y las guionistas, así como también rechazaron que una IA pueda recibir el crédito por haber escrito un guión. De esta forma, el planteo fue que tal tecnología debe ser usada como una herramienta que colabore en el trabajo de quienes se dedican a elaborar guiones, siempre y cuando los y las guionistas avisen y pidan autorización a sus superiores.

De lado del sindicato de actrices y actores (SAG-AFTRA), las negociaciones por los modos de uso de la IA fueron más complejos de acordar, dado que para las compañías representa la oportunidad de ahorrar mucho dinero y agilizar los procesos de producción y postproducción.

La posibilidad de que se le pagara a extras por un día de trabajo para escanear su cuerpo y luego poder reconstruirlo de forma digital en aras de utilizarlo de forma indefinida y a discreción de las compañías, sin que se le abone dinero alguno a la persona por cada vez que su imagen aparezca en una película, serie o comercial, fue rechazada de plano por el sindicato. 

De igual modo, también se establecieron criterios respecto a los derechos sobre la imagen de personas ya fallecidas, pero cuyas voces y cuerpos pueden ser reconstruidos digitalmente con inteligencia artificial, como ocurrirá con la nueva biopic de Édith Piaf, en la cual será la voz de la propia cantante, fallecida en 1963,  la que narre la historia.

A pesar de los acuerdos alcanzados por ambos sindicatos sobre el uso de la inteligencia artificial, tanto la velocidad a la que avanza la tecnología como la creciente dificultad para determinar si, por ejemplo, algo fue escrito o reescrito por una IA o un humano, vuelve complejo aventurar cómo será el uso de esta herramienta durante los próximos años en Hollywood y el impacto que tendrá en la automatización de puestos de trabajo, problemática que excede a la industria audiovisual y se expande por el campo laboral en su conjunto.

Sin embargo, antes de la explosión de la inteligencia artificial ya estaban las plataformas de streaming, las cuales alteraron las reglas de juego preestablecidas y trastocaron el funcionamiento de la industria .En ese sentido, un punto álgido del debate se dio con los llamados “pagos residuales”, que consisten en el dinero que se le abona a las personas que participaron en una producción audiovisual cada vez que la misma es reproducida, por ejemplo cuando se pasa una serie antigua por televisión o se reestrena una película en salas de cine.

David Zaslav and Bob Iger stand side by side in suits.
Bob Iger y David Zaslav, CEO´s de Disney y Warner Bros. Discovery, fueron criticados por los sindicatos

Un problema a considerar en este apartado es que los números referidos al visionado de los contenidos de las plataformas están cubiertos con un halo de secretismo, y en la mayoría de los casos son inaccesibles. En la época de la economía de los datos y el apogeo del big data, la información sobre cuántas veces se reproduce algo en una plataforma sigue siendo un misterio, incluso para quienes dependen de esa información para ejercer sus derechos laborales. Esa situación, más los bajos montos que recibían (si es que recibían) de parte de los servicios de streaming fueron detonantes del conflicto.

Quizás motivada por la polémica en torno a los pagos residuales, Netflix sorprendió al mundo al publicar este diciembre, por primera vez en su historia, las horas acumuladas de visionado de todos sus contenidos durante enero y junio de 2023. El informe, titulado What We Watched, abarca 18.000 títulos, el 99% del catálogo de la compañía. Queda por ver si esa decisión producirá un efecto de imitación en el resto de sus competidoras.

Finalmente, tras 118 días en el caso de SAG-AFTRA  y 148 en el de WGA, las huelgas llegaron a su fin. Las consecuencias de la extensión del conflicto en los ingresos de las compañías y el calendario de estrenos será tema de conversación y análisis durante todo 2024.

Es así como Hollywood despide 2023  entre resultados económicos por debajo de lo esperado, conflictos sindicales y cambios profundos en las lógicas de las plataformas de streaming, cada vez más parecidas a la televisión que venían a desterrar. Entre lo viejo que no termina de morir y lo nuevo que no termina de nacer, la industria tiene por delante un 2024 en el cual se pondrán a prueba las estrategias orientas a dar con un modelo sólido y estable de negocios.

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