[RESEÑA] Cuando la miro de Julio Chávez.

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Este jueves se estrena en cines la ópera prima como director del actor argentino de El Oso Rojo y El Puntero.

Perros del viento (Argentina/2022). Guión y Dirección: Hugo Grosso. Elenco: Luis Machín, Gilda Scarpetta, Roberto Suárez (Uruguay) Lorenzo Machín, Marta Lubos, Carlos Portaluppi y Estrella Zapatero (España). Fotografía: Marcos Garfagnoli. Montaje: Verónica Rossi. Dirección de Arte: Cecilia Correnti. Vestuario: Mercedes Colombo. Dirección Musical: Carlos Casazza. Calificación SAM 13 con reservas | Distribución APIMA Distribución. Salas: 11.

Javier (Julio Chávez) es un reconocido artista plástico que decide que su madre Elena (Marilú Marini) sea la nueva protagonista de su proyecto. El mismo consiste en filmar a su madre, haciéndole preguntas sobre su vida y la relación entre ambos. Lo que comienza siendo una experiencia audiovisual se termina transformando en un viaje por los recuerdos de ambos, donde cada uno podrá expresar sentimientos y secretos que estaban guardados.

Apoyado en solo una cámara que sigue cada uno de los encuentros entre madre e hijo, la ópera prima de Julio Chávez como director se hace fuerte en los diálogos profundos que ambos llevan adelante. Sexualidad, represiones, sentimientos guardados y diferencias generacionales se hacen presente en cada una de las charlas, que se destacan por la naturalidad con la que se van desarrollando, gracias a la actuación de Julio Chávez y de Marilú Marini, sobre todo, componiendo a una entrañable anciana que, a pesar de sus filosos comentarios, nunca de transmitir ternura y amor por su hijo.

Cuando la miro se destaca por su simpleza y sencillez; Julio Chávez hace un ensayo sobre la mirada a través de una relación doble: la del artista con su objeto y la de un hijo con su madre. Con una puesta en escena casi teatral, es una película reflexiva sobre las relaciones entre padres e hijos de distintas generaciones. Un promisorio debut como director del reconocido actor, al que ni el golpe bajo del final termina de opacar el luminoso y profundo ambiente que genera en cada uno de esos diálogos.

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