Dentro de la Competencia Internacional del 39° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, se estrenó la ópera prima de Paz Vega.
Paz Vega inicia su carrera como directora con una película que equilibra magistralmente tragedia y ternura. Desde la perspectiva de Rita, una niña de siete años, se nos invita a explorar la violencia doméstica con una sensibilidad única. Sin esquivar el dolor, la cinta encuentra momentos de calidez en las risas infantiles, los juegos y la relación protectora entre Rita y su hermano menor.
Rita es un personaje que conmueve por su dualidad: una inocencia intacta que contrasta con una madurez precoz. Esta fuerza interna eleva la narrativa, transformando su historia en un conmovedor testimonio de resiliencia infantil frente a las adversidades más profundas.
El elenco infantil, liderado por Sofía Allepuz y Alejandro Escamilla, brilla con actuaciones cargadas de autenticidad. Su química, sumada a una dirección artística nostálgica y una fotografía que ilumina incluso los momentos más oscuros, añade profundidad emocional. Sin embargo, la representación del padre tiende al exceso y el desenlace, aunque impactante, pierde algo de la sutileza que caracteriza al resto del filme.
A pesar de estos detalles, el debut de Paz Vega es un triunfo. Conmueve y cuestiona, invitándonos a reflexionar sobre una problemática vigente y a valorar la fuerza que puede emerger incluso en los contextos más difíciles. Una obra que deja una marca imborrable y celebra la capacidad de la infancia para resistir y encontrar esperanza en medio del caos.