Anora: un caleidoscopio de emociones y géneros

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Este jueves se estrena en cines argentinos, la película ganadora de la Palma de Oro en Cannes del director de Starlet, Tangerine, The Florida Project y Red Rocket.

Durante sus dos horas y veinte minutos, Anora desafía cualquier intento de clasificación. ¿Es una comedia negra? ¿Un drama romántico? ¿Un retrato social? En realidad, es todo eso y más. Esa indefinición puede desconcertar al principio, pero hacia el final se siente clara: lo que acabás de ver es una obra maestra moderna.

La historia sigue a Ani (Mikey Madison), una bailarina erótica con aspiraciones y desencantos, que cruza su camino con Vanya (Mark Eydelshteyn), el caprichoso hijo de un oligarca ruso. Lo que comienza como un romance improbable se convierte rápidamente en una tragicomedia cargada de giros inesperados, desde matones ridículos hasta un viaje surrealista a Las Vegas.

Sean Baker, fiel a su estilo, construye personajes llenos de humanidad y contradicciones. Ani es el corazón de la película: una mujer fuerte pero atrapada en un sistema diseñado para fallarle. En ese plano, Mikey Madison brilla en su interpretación, logrando una mezcla de vulnerabilidad y resistencia conmovedora y dolorosa a la vez. Secundada por la notable actuación de Yuri Borísov como el silencioso matón que la acompañará en la búsqueda de Vanya por la ciudad.

El estilo visual de Baker combina crudeza y belleza con maestría. Su cámara captura la oscuridad y el absurdo de la vida con ecos de los hermanos Safdie y los Coen, e incluso al cine de gangster de Martin Scorsese, sin perder su sello distintivo. Un universo donde las risas que provoca nunca opacan la tristeza inherente al relato, y es en ese equilibrio es donde Anora alcanza su mayor fuerza.

El final, con ese gesto silencioso pero potente de Ani, es un golpe al corazón. Un recordatorio de que incluso en un mundo despiadado, hay espacio para actos de amor y comprensión que pueden cambiarlo todo.

Anora es una experiencia que conmueve y sorprende a cada rato. Sean Baker no solo entrega una película; nos invita a mirar el cine, y la vida, desde una perspectiva más generosa y honesta. No es una obra para todos, pero para quienes se dejen llevar, será inolvidable.

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