El mundo de la historieta tuvo su día de gloria en el Comic-Con con la presencia de tres referentes argentinos que pisan fuerte en la industria internacional.

A través de las charlas que se van dando en el auditorio del Comic-Con, el presentador Luciano Saracino repite orgulloso: «Argentina es un país exportador de jugadores de fútbol pero también de historietistas». El latiguillo suena una y otra vez en el inicio de cada charla. Y nada más acertado, porque nuestro país, aquel que muchos defenestran una y otra vez, tiene un caudal impresionante de artistas que trascienden fronteras. La industria del cómic norteamericano, las ligas mayores, Marvel y DC, se ha nutrido (y lo sigue haciendo) de mucho talento argento. Pero no solo el mundo del cómic, también el mundo de la animación, donde potencias como Cartoon Network se han fijado en el mercado local para nuevas producciones. El día sábado del Argentina Comic-Con fue la ocasión ideal para reunir a todos ellos. A aquellos precursores que fueron los primeros héroes que pisaron las grandes ligas y a quienes hoy están dentro de ella haciendo sus primeras armas.
ENRIQUE ALCATENA: UNIVERSO DC.

Pasado el mediodía, el Auditorio se fue llenando poco a poco. Completo como nunca, miles de personas de todas las generaciones llegaron al lugar con la excusa de asistir a la presentación de un libro. No era una presentación cualquiera, era la presentación un material indispensable para todos los coleccionistas de comics, UNIVERSO DC POR ENRIQUE ALCATENA. Una pequeña reliquia de más de 500 hojas que reúne tanto historias cortas como sagas épicas a lo largo de distintos mundos y hasta dimensiones, producidas de la mano de grandes maestros del cómic como Alan Grant, Chuck Dixon y Timothy Truman, entre otros. Sumado a varias páginas de ilustraciones inéditas, constituyendo así, una forma única de acceder a la obra íntegra en DC del fantástico Alcatena.
La presencia del dibujante fue la ocasión para repasar su carrera, sus inicios. Como todos los dibujantes, «Quique» era de los que dibujaban en el borde de la hoja en la escuela; desde que era chico sabía que se quería dedicar a eso. Comenzó su carrera profesional en editoriales argentinas, tarea que desempeñó entre 1975 y 1978. En la mítica Pif Paf de Ediciones Record, donde finalmente publicó su primer trabajo, Bushido, en 1976. Enrique se interesó por la historieta, era un dibujante autodidacta. Entre sus influencias se cuentan a: Carmine Infantino, Gil Kane, Stan Lee, Jack Kirby, Lucho Olivera y Barry Windsor Smith, entre otros.
La posibilidad de trabajar en DC le llegó a finales de los 80, más precisamente en 1989. Fue el comienzo de un recorrido interminable, trabajando con Alan Grant y Chuck Dixon. Ahora, gracias a Ovni Press, todos sus dibujos dentro del Universo DC se encuentran compilados en un libro cuyos ejemplares volaron en el Argentina Comic-Con, pero que pronto tendrá una reedición.
ARIEL OLIVETTI, 25 AÑOS: DC COMICS

«Quique» Alcatena marcó el camino, Olivetti lo siguió; luego de la charla con el célebre historietista, llegó el turno de alguien que, para quienes peinamos las primeras canas, marcó nuestra adolescencia. Para hablar de la importancia de Ariel Olivetti qué mejor que la presentación de Luciano Saracino, donde contó que muchos lo conocimos allá por principios de los 90, cuando investigando en los kioscos de revistas encontramos un comic de un personaje todo musculoso que luchaba contra Patoruzú y otros superhéroes, un hincha de Racing muy boca sucia que se hacía llamar Cazador de Aventuras. Creado por Jorge Lucas, la historieta poco a poco se transformó en un clásico de culto del comic argentino, su era Ariel Olivetti. Aunque sus primeras publicaciones fueron para la prestigiosa revista argentina de cómics independientes Fierro, donde compartía espacio con Breccia, Juan Sasturain, Carlos Trillo y varios otros, para nuestra generación quedó marcado por el robusto superhéroe argento.
El motivo del encuentro fue la presentación de ARIEL OLIVETTI 25 AÑOS: DC COMICS, un recorrido de 80 páginas de Editorial Utopía, con material inédito del dibujante; Ariel aclara: «a diferencia del libro de Quique, no son los comics completos sino que son portadas, bocetos, cosas nunca publicadas». Al igual que Alcatena, sus inicios como dibujante fueron de niño: «el dibujo fue el juguete más barato y más lindo que tuve en mano», dice Ariel. «Aparte de ello también modelaba, hacía muchos muñequitos en plastilina; y casi siempre hacía dibujos de lápiz y papel para recortarlos» aclara. Sorprendentemente, su superhéroe favorito en esa época era Jesus: «Tenía uno que peleaba contra Iron Man y contra Batman porque era un tipo que caminaba arriba del agua y era inmortal».
Ariel Olivetti cuenta que es de la generación a la que le costaba conseguir revistas nuevas y que buscaba tesoros en el Parque Rivadavia. Pero también iba a Mar del Plata, una ciudad donde existían lugares de canjes de historietas (recuerdo en mi infancia ir a esos locales a conseguir revistas de Archie y sus amigos o cambiar Patoruzú viejas por otras no leídas). Cuando era chico también se dedicaba a ilustrar a los personajes de sus caricaturas preferidas: «veía Popeye y me ponía a dibujarlo, o la Pantera Rosa, eso sí, como tenía televisor en blanco y negro, pensaba que todos eran grises, hasta el Batman de Adam West (del cual se declara fanático)».
Pero con dibujos no se come, por eso, para todo dibujante es interesante saber cómo fue que esos juegos infantiles se volvieron una profesión de la que poder vivir. «Básicamente por la pasión y la obsesión en lo que hago» cuenta Ariel; Olivetti es, como el manifiesta, «el mejor crítico de lo que hago, yo sabía lo que me faltaba». «Por más que mi tías, mis abuelas y mis amigos me decían: qué bien que dibuja el nene, yo sabía que esa mano que había dibujado estaba para el culo (sic)» comenta entre risas Ariel. «Sabía que tenía que dibujar hasta que me salga mejor, era crítico conmigo mismo, cualquier artista que se empiece a creer lo que le dicen los de afuera está en el horno, tiene que tener un buen criterio personal objetivo sin tirarse al tacho, poder decir acá tengo que mejorar».
A los 22 se presentó con «una carpeta muy pobre» en la revista Fierro de la Editorial La Urraca. «Siguiendo las primeras indicaciones que me dio el editor Juan Lima, que tomé como palabra santa» cuenta Ariel. «Ese fue el escalón más difícil y más incómodo de subir, más que el de Paternal a Marvel (su primer trabajo en las grandes ligas)». Su vínculo laboral con DC se dió en el 2005, luego de haber estado años en Marvel, con un libro ya publicado. «Yo venía de Marvel, que era un caos, un quilombo, todo desordenado, encima era Halloowen y llegamos a DC comics, un edificio re cheto en el medio de Broadway», detalla. «Miro en el ascensor y en el botón del piso de abajo decía MAD (reconocida revista de humor norteamericana), enseguida me junté con un editor y me encargó La Liga de La Justicia». A pesar de haber tenido a su cargo Avengers como primer trabajo en Marvel, los tiempos cambiaban para Ariel, que debía cargar sobre sus espaldas con la responsabilidad mayor de llevar adelante uno de los clásicos de DC.
Igual, a Ariel le gusta dibujar «los borders, aquellos personajes a los que no quiere y no le gusta dibujar a nadie, porque te da la libertad de darle tu propia impronta». Por eso, de sus personajes los que más le gustaron dibujar fueron El Capitán del Espacio y Lobo: «me divirtió muchisimo, era exáctamente igual al Cazador». Su actualidad lo encuentra aún dibujando para DC Comics: «estoy haciendo portadas de Escuadrón Suicida y de Liga de la Justicia; tengo un proyecto individual, pero voy a estar ausente de Marvel y DC por dos años».
GERMÁN PERALTA, LA NUEVA CAMADA.

Luego de escuchar a dos referentes como Quique y Ariel, le llegó el turno a los más jóvenes: «La tercera camada» la caracterizó Luciano Saracino. Germán Peralta fue el primero, el historietista nacido en Rosario que hoy trabaja para Marvel. La excusa fue el anuncio del lanzamiento de un nuevo cómic dibujado por él. Maestro se llama, y su primer número salió en agosto del 2020. La notificación le llegó por mail en medio de la pandemia. Maestro es una precuela de la historieta Futuro Imperfecto, con guion de Peter David, en donde un Hulk del futuro es villano, un dictador.
La oportunidad no le llegó así porque sí, Germán, al igual que Quique y Ariel, tuvo un recorrido previo. Pero, a diferencia de los dos historietistas anteriores, la tuvo un poco más fácil. «Gracias a la tecnología que ayuda un montón, a pegar los textos, a trabajar directamente sobre los originales pero también se pone difícil por la competencia», cuenta Germán Peralta. «Ir a eventos, conocer editores, mostrarles mi trabajo, entregar carpetas y que me reboten, pero esto es así, te pueden llamar enseguida o te pueden llamar en diez años, hay que tener perseverancia, que la oportunidad llega».
Comenzó como asistente de Eduardo RIsso mientras estudiaba el profesorado de artes visuales, «también hacía pasacalles, graffitis, un poco de todo, tratando de hacer cosas que sean tener un lapiz en la mano». Estar al lado de Eduardo «le enseñó a ser profesional», dice Germán, a hacer valorar su trabajo «porque parece que te dan un privilegio por trabajar de lo que te gusta, te hacen pagar derecho de piso y muchos se aprovechan de eso». Estar al lado del historietista cordobés también le enseñó a ser permeable con las correcciones que pueden llegar de parte de un editor, porque esa es otra de las claves, ser abierto a las opiniones de quienes saben.
El mail de Marvel se hizo esperar pero llegó. «Le debo mucho a Moon Knight, ahora que está de moda, porque las primeras páginas de prueba fueron del superhéroe». Le dieron un plazo de entrega y por la noche le llegó el esperado correo electrónico que confirmaba su incorporación como dibujante de Marvel, con el cómic Carnage, que «pensaba que pertenecía a una tercera línea de Marvel pero es muy importante dentro de la industria». El sueño del pibe se cumplía, el joven nacido en 1985 tenía la posibilidad de estar en las «ligas mayores».

Sus comics preferidos son «Moon Knight, por, obvias razones, y por los dibujantes; compraba las historietas por los dibujos.» Su segundo preferido es Maestro, al que le tocó dibujar con guiones de Peter David. Como el mismo lo describe, «Maestro es un Hulk que se hinchó las pelotas de todo y se convirtió en malo». Germán tiene fe de que el personaje llegue a ser película, sobre todo porque quienes juegan los juegos de Marvel en la Play saben que es un villano famoso, cuya historia merece una adaptación cinematográfica. La historieta ya va por el sexto número, con la idea de seguir lanzando más ediciones»
A pesar del éxito conseguido, tanto Quique Alcatena, Ariel Olivetti y Germán Peralta no pierden la humildad y siguen ligados al mundo del cómic nacional, sin olvidar sus raíces. Se prestan al diálogo, se pasean por el Comic-Con como uno más, saludan a la gente, se fascinan y dan consejos a los nuevos artistas que exponen en los Artists Alley de los pabellones, demostrando que lo que repite Luciano Saracino al comienzo de cada una de las charlas es cierto: «Argentina es país exportador de historietistas de excelencia», y ellos tres, como tantos otros, son fieles exponentes de esa tradición.