[Crítica] Como tener sexo de Molly Manning Walker

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Se estrenó en la plataforma streaming MUBI, la ópera prima ganadora a Mejor Película en el Un Certain Regard del Festival de Cannes.

Tres amigas británicas buscan aventura en un pequeño pueblo costero griego, donde el desenfreno y la indulgencia son moneda corriente. Tara (Mia McKenna-Bruce), Skye (Lara PEake) y Em (Enva Lewis), todas menores de edad, se sumergen en días de excesos que incluyen alcohol desmedido, marihuana y otros tipos de drogas. La trama hace foco en Tara, quien enfrenta la presión de ser virgen, añadiendo un matiz de rivalidad íntima cuando Skye revela su inexperiencia frente a nuevos conocidos, Badger y Paddy.

La historia se desarrolla entre los distintos enfoques de las amistades y las relaciones tóxicas que surgen en este ambiente poco saludable. Si bien hay un mensaje sobre el cuidado personal frente a las presiones de un entorno tóxico, el film evita adoptar un tono de denuncia, explorando las experiencias de estos personajes en un estilo de vida que pone en peligro tanto el cuerpo como la mente. La trama da un giro inesperado cuando, tras una noche de fiesta intensa, los amigos descubren que Tara ha desaparecido.

Como tener sexo va más allá de su apariencia superficial gracias a la habilidosa construcción de personajes de Manning Walker. Detrás de la máscara inicial de desenfreno adolescente, que remite a films como Spring Breakers, hay una película sería y adulta, donde cada individuo tiene sus propios matices, escapando de los estereotipos. La narrativa se mueve entre el drama y elementos policiales, destacando la destreza de la directora para ofrecernos una visión profunda de la complejidad de las relaciones humanas y los peligros de un estilo de vida desenfrenado.

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