Se estrena en cines la secuela de la película de 2017, del director de El juego de las 100 Velas, Abrakadabra y A Night of Horror: Nightmare Radio.
Sinopsis:
Durante el último concierto de una banda indie de rock, se desatan los conflictos entre los integrantes del grupo, e inesperadamente terminan varados en Epecuén, un verdadero pueblo fantasma. Los conflictos internos y la mala suerte de la gira perderán importancia ante el infierno que les espera.
Crítica:
Al igual que en la primera entrega, el pueblo de Epecuén, Argentina vuelve a ser epicentro donde el director traslada la acción en su nueva película de terror. El complejo turístico cercano a Buenos Aires que permaneció bajo el agua durante 25 años después de que se rompiera una represa en 1985. Cuando el agua retrocedió, emergieron las ruinas de Epecuén exponiendo un paisaje desolador, ideal para este tipo de películas, donde un director con la experiencia de Onetti se permite desplegar toda su experiencia como director especializado en el género.
A ello se suma un gran elenco de actores clásicos del terror argento como los grandiosos Chucho Fernández y Germán Baudino, más un sorprendentemente aterrador Mario Alarcón; y quienes vienen haciendo sólidas carreras dentro del género como Magui Bravi, Martín Desiderio, Clara Kovacic, Agustín Olcese y María Eugenia Rigón, con la actuación especial del conocido influencer Dave Michigan como sorpresa especial. Todos componiendo papeles típicos del género en el rol de víctimas y victimarios.
Los Olvidados: Cicatrices es un disfrute pleno para los amantes del género. Nicolás Onetti se alimenta de clásicos como La Masacre de Texas, La Colina de los Ojos Malditos y Hostel para citar las más conocidas dentro del subgénero, pero su principal referente parece ser Frontiers de Xavier Gens; al igual que la película francesa, la película tiene un contexto político y social más visible sobre una Argentina abandonada, tapada por el agua, con ex combatientes de Malvinas olvidados, con sed de venganza y Falcon Verdes acechando en la oscuridad, esperando el momento para volver a entrar en acción.