Este jueves se estrena en cines una nueva entrega del clásico personaje creado por Roald Dahl en Charlie & La Fábrica de Chocolate.
En los cines llega «Wonka«, una historia que explora el origen del famoso chocolatero, interpretado de manera peculiar por Timothée Chalamet. El director Paul King, conocido por su estilo dulce y cómico en películas como las de Paddington, aporta encanto y descaro al proyecto, aunque debe lidiar con las reglas de las franquicias y la propiedad intelectual de Wonka.
La trama sigue a Willy Wonka, interpretado por Chalamet, quien, sin dinero pero con una canción en el corazón, planea abrir una tienda de chocolates. Enfrentándose al Cartel del Chocolate, liderado por un corrupto Jefe de Policía, Wonka se propone luchar por su sueño junto a la valiente niña Noodle. Chalamet ofrece una interpretación más amable y traviesa del personaje, distanciándose de las versiones anteriores.
En algunos aspectos, la película no logra superar las versiones anteriores del personaje, especialmente en el aspecto humorístico, donde las divertidas interpretaciones y el contenido de las letras de las canciones de los Oompa Loompa contribuyeron a su encanto único. Otra diferencia es la interpretación de Johnny Depp como un Wonka más creepy, inspirado en la personalidad de Michael Jackson, en contraste el de Timothée Chalamet se presenta como un personaje más alegre y entusiasta, aportando frescura y vitalidad al papel.
Igualmente, se destaca la frescura de los números musicales escritos por Neil Hannon, con una melancólica partitura de Joby Talbot que conecta con el clásico tema ‘Pure Imagination’ de 1971, con un aire a clásicos musicales como Mary Poppins o Cantando bajo la lluvia. Lo mismo sucede con las interpretaciones de algunos personajes secundarios; sobre todo Olivia Colman, como la señora Scrubitt, una comerciante malvada de corazón. Realmente uno como espectador compra que el personaje sea así, sin necesidad de profundizar en su pasado, ya que la relación con su compinche, interpretado por Tom Davis, ayuda lo suficiente para entender al personaje y sus motivaciones.
A pesar de sus virtudes, la película enfrenta críticas por su exagerada segunda mitad cuando Wonka se enfrenta al Cartel del Chocolate, llevando a escenas de acción que terminan por diluir el tono de comedia musical. La película aborda temas de la vida real como la muerte, la pobreza y la desigualdad económica de manera optimista, donde Paul King demuestra su capacidad para crear películas familiares capturando las maravillas de la infancia sin menospreciar al público adulto. Aunque se vislumbra la intención de Warner de crear más películas, King logra manejar las ataduras de manera orgánica. Por eso, aunque Wonka es una dulce entrega, el riesgo de empalagar queda presente, y se espera que futuras producciones no arruinen el encanto del cineasta.