El Tiempo Que Te Doy de Nadia de Santiago.

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Se estrenó en Netflix, la serie española protagonizada por Nadia de Santiago y Alvaro Cervantes sobre una pareja en crisis.

Nadia de Santiago y Alvaro Cervantes protagonizan El Tiempo Que Te Doy.

En el presente, Nadia de Santiago (las Chicas del Cable, Las 13 Rosas) es Lina, una mujer que acaba de romper con su novio Nico, interpretado por Álvaro Cervantes (Loco por Ella, El Juego del Ahorcado) tras 9 años juntos. En el pasado, Nadia de Santiago también interpreta a Lina, en el momento que empieza una relación con un chico llamado Nico, también Álvaro Cervantes. Con esta estructura narrativa, vemos a la vez tanto el después de la relación como su desarrollo o, como dicen los títulos de los episodios, los minutos del presente y los minutos del recuerdo. Cada uno de los capítulos lleva por el nombre los minutos que va a contar del presente y los minutos que va a contar del recuerdo. El primer episodio, por ejemplo, lleva por nombre ‘1 minuto de presente y 10 minutos de recuerdo’, porque se centra 1 minuto en el momento de la ruptura y 10 minutos en cómo Lina y Nico se conocieron. El siguiente, en cambio, se titula ‘2 minutos de presente y 9 minutos de recuerdo’, centrándose ahora un poco más en el presente. Y así sucesivamente hasta el décimo y último episodio, ’10 minutos de presente y 1 minuto de recuerdo’.

Esta estructura es similar al proceso de Lina superando la ruptura. Al principio el eje gira sobre el pasodos, en los recuerdos. TIempos que no le permiten a Lina mirar con optimismo el presente y seguir para adelante, pero conforme pasan los capítulos, cada vez se reduce más el tiempo que vive en el pasado con esa persona que compartió su vida y va centrándose más en ella y en su vida. Quien durante días o semanas rondaba sin parar por la cabeza de Lina, con el tiempo se va convirtiendo en pequeños destellos. Tras ver la fuerte discusión en la que Lina y Nico rompen, vemos cómo se conocieron trabajando de noche en un hotel. Habla, pasean, se ríen y conversan. El clima se siente muy auténtico, sus diálogos podrían ser perfectamente los de dos personas reales que se acaban de conocer y tocan temas habituales en estos casos: de donde son, qué les gusta o cuáles son sus planes de futuro.

El contraste entre las dos temporalidades que componen los primeros episodios es evidente, mientras el presente todo es duro y triste, en el “recuerdo” todo es bonito y esperanzador, logrando la serie, casi sin que te des cuenta, invertir la situación a medida que los capítulos avanzan, y convertir el presente en esperanzador, y el “recuerdo” en duro. Primeros meses donde todo parece perfecto, hasta que vemos como comienzan a surgir los problemas en su relación, que Lina supera con el tiempo. Porque es ella la gran protagonista de la serie y a quien seguimos en el antes y en el ahora. Solo sabemos qué fue de Nico por lo que amigos le cuentan a Lina, lo que hace que el espectador pueda ponerse en su piel a través de los flashbacks de los episodios.

Más allá de presentarse como «una historia de amor de Netflix», a lo largo de los diez episodios que componen la temporada seguimos a Lina no solo en el proceso de superación de su ruptura, sino también en un viaje de autodescubrimiento. Bajo su novedosa estructura narrativa, la serie refleja el desgaste de una relación de pareja, similar a El Amor: Primera Parte de Santiago Mitre con componentes del dolor como Escenas de un matrimonio de Ingman Bergman. Mientras que en otros entra en una especie de juego mental de los recuerdos al estilo de Eterno Resplandor de Una Mente Sin Recuerdos de Michael Gondry. Construyendo así una obra audiovisual notable, con un notable concepto y uso del tiempo pero también con una mirada realista sobre el difícil proceso de duelo por un relación amorosa que se terminó.

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