A poco menos de un mes del fallecimiento de Rafaella Carrá, se estrena en cines y en HBO Max el musical español con banda sonora de la diva italiana.

El 5 de julio de 2021, el mundo del espectáculo recibió la triste noticia de la muerte de una de las artistas más grande de la escena europea, Raffaela Carrá. Luego de luchar contra un cáncer de pulmón su cuerpo dijo basta y dijo adiós, pero no para siempre, ya que quedó el legado de sus canciones. Pero mucho antes de esta noticia, el cineasta uruguayo Ignacio “Nacho” Álvarez ya se había encargado de inmortalizar a la diva italiana a través de su música, en su opera prima como director, el largometraje musical Explota Explota. Ignacio Álvarez, radicado en España desde hace ya unos años y fanático de Raffaella, se propuso la idea de hacer un musical basado en la música de ella. Después de postergarse su estreno el año pasado, llegó por fin, a los cines argentinos y a la plataforma HBO Max.
EXPLOTA EXPLOTA sigue la historia de María (Ingrid García-Jonsson), una bailarina joven y divertida, que a principios de los años 70, escapa de su boda en Italia y vuelve a España para ser ella misma, con ansias de libertad. Al llegar al aeropuerto de Barajas, conoce a Amparo (Verónica Echegui), una empleada del lugar que, al verla desamparada, le ofrece alojamiento en su casa en Madrid. Previamente se cruza con Pablo (Fernando Guallar), un estudiante de medicina que desea cumplir su sueño de ser doctor, mientras trabaja bajo el ala de su padre en la oficina que revisa el material que sale al aire en la televisión. Todo dentro de una España marcada por la rigidez y la censura, sobre todo en ese ámbito. El azar la lleva a María a participar como bailarina del programa La Noche de Rosa. Una vez dentro del programa descubriremos cómo hasta el más difícil de los sueños puede convertirse en realidad.
Las canciones de la reina italiana, son la banda sonora de esta película musical impregnada de una paleta colores con una evidente influencia en La La Land de Damian Chazelle con una temática del sueño de la bailarina a lo Harspray de John Waters. Una de las virtudes de esta última fue cómo hizo que la lucha por la desegregación fuera personal, fría y moralmente recta. Explota Explota hace uso de las canciones para realizar lo mismo en relación al sufrimiento de la mujer ante los mandatos sociales, el machismo y el acoso laboral. Pero como es de esperar, el musical suaviza ese enfoque, cediendo a la inspiración al estilo de Broadway, sobre todo a la hora de darle un final feliz a todos los personajes, obviando tener una sentencia más condenatoria a un reclutador de bailarinas que manosea a una empleada y no verlo bailar feliz en un sillón junto a una de sus «víctimas».
Pero más allá del detalle no menor, tenemos que entender que estamos ante un musical cuya herramienta principal son las canciones y las coreografías, el motor principal que hace que uno tenga ganas de levantarse y ponerse a bailar. Potenciada gracias a la familiaridad que sentimos los argentinos por las canciones de Raffaella (un carnaval carioca en una fiesta no es los mismo si falta Hay que venir al sur o 0303456)
El carisma de la dupla femenina principal se carga sobre sus espaldas los momentos de más humor de la película. Ingrid García-Jonsson ofrece un papel dinámico y divertido, un manojo de nervios inquieto que le da agilidad a cada una de sus intervenciones. Pero la frutilla del postre es Verónica Echegui como Amparo, desfachatada, caradura e irreverente, cada uno de sus momentos son comentarios ácidos y divertidos a la hora de hacerse cargo del papel de consejera de María.
En Explota Explota hay una buena voluntad y espíritu en todo un ejercicio rítmico que es difícil de resistir, ya que en ella se percibe una bulliciosa película con mucho cuerpo y mucho realce. Un musical oportuno que combina un estilo kitsch con las grandes melodías festivas de Raffaella Carrá para moldear un sentido y emotivo homenaje a la diva italiana.