Se sumó la la plataforma MUBI, el nuevo documental de Bill Ross IV y Turner Ross, directores de Im Not Your Negro, Western y Bloody Nose, Empty Pockets
La inseguridad de la juventud, la emoción del descubrimiento y la aplastante verdad de que cada uno debe tomar las riendas de su propio destino son los temas centrales del más reciente experimento cinematográfico de los hermanos Ross, titulado Gasoline Rainbow. Esta película híbrida sobre un viaje por carretera fue concebida durante el confinamiento, cuando la pareja diseñó una serie de situaciones y guió a cinco graduados de secundaria desde su pequeña ciudad natal en Wiley, Oregón, hasta la costa del Pacífico.
Nathaly, Makai, Tony, Nichole y Micah están al borde de la adultez, conscientes de que esta breve pausa en la realidad es una oportunidad única para experimentar la libertad total. Apretujados en una furgoneta, los jóvenes improvisan sus diálogos mientras los hermanos Ross se enfocan en sus comportamientos, observaciones cómicas y la impresionante belleza natural que los rodea. Al inicio de la película, cantan canciones de Guns N’ Roses y pronto empiezan a fantasear con lo maravilloso que hubiera sido salir de discotecas en los años 90, todo mientras envían mensajes en sus iPhones, un avance tecnológico sorprendente para quienes crecieron en esa década.
Gasoline Rainbow evoca el documental Streetwise de Martin Bell de 1984, film que ofrecía una cápsula temporal de la disminución de esperanza entre los jóvenes desfavorecidos de Seattle que viven en las calles. Las grabaciones de voz real del joven elenco, reproducidas a lo largo de la película, son un claro homenaje al trabajo de Bell. Aunque los escenarios están fabricados, las emociones que se despliegan son crudas; ingenuas pero desalentadoramente cansadas del mundo. Esta generación ha nacido en una época en la que el cambio climático es una preocupación y los directores empujan al joven elenco a escenas encantadoras.
En su viaje, conocen a diversos personajes, incluidos punks nómades que les enseñan a andar sobre rieles y un patinador que se hace llamar «náutico por naturaleza» y lleva un sombrero de capitán de barco. Todos estos encuentros son con fugitivos, algunos rebeldes tras una educación llena de odio y otros que se están recuperando de problemas de adicción. Visualmente, la película reconoce la era digital con múltiples selfies borrachos e instantáneas de paisajes y ciudades, mientras que sonoramente es un curioso experimento, donde recuerda cómo la música puede moldear e influir en una persona, actuando además como un conector generacional.
La moda de los años 90 está presente a través del entusiasmo de los adolescentes; hay indicios del trabajo de Harmony Korine, guionista de Kids y Gummo, especialmente esta última. Pero esta película ofrece una nota más poética en su interpretación de la Generación Z, gracias a un espíritu aventurero, lúdico y de complicidad entre los jóvenes que recuerda a clásicos como Los Goonies, transformando de esta manera a Gasoline Rainbow en una cálida descripción de la amistad como familia.