Se estrenó en la plataforma streaming Netflix, la nueva película del francés Xavier Gens, director de La Frontera del Miedo, Hitman, Aislados, La Crucifixión y La Piel Fría.
Las películas de tiburones han sido una constante en el cine, al punto de constituir un género propio. Sin embargo, muchas de estas producciones resultan predecibles y repetitivas, reciclando las mismas fórmulas hasta el cansancio. Es por eso que cuando aparece una película como En las profundidades del Sena, el impacto es distinto. Radicalmente no ofrece ideas nuevas, pero presenta un escenario interesante al trasladar el frenesí de los tiburones a Francia, donde policías y activistas se enfrentan mientras un enorme mako merodea en las profundidades del río Sena.
La trama se desarrolla como una carrera contra el tiempo, donde algunos personajes buscan destruir al depredador, mientras otros intentan protegerlo en medio de un importante evento en la ciudad. Este conflicto genera dinámicas interesantes entre los personajes, con decisiones que oscilan entre lo absurdo y lo aceptable. Bajo la dirección de Xavier Gens (conocido por Hitman, La frontera del miedo, y The Crucifixion), la película logra entretener mientras ofrece momentos de violencia. Aunque no es una experiencia visual repleta de acción, las escenas de pánico y la novedad del escenario mantienen el interés.
Sophia (interpretada por Berenice Bejo) es una científica dedicada a estudiar los tiburones mako y su adaptación a las zonas contaminadas del océano. En una expedición al «séptimo continente» (la isla de plástico), descubre que Lilith, un mako objeto de su estudio, ha crecido considerablemente y ha atacado a varios buceadores. Tres años después, Sophia, ahora profesora, intenta dejar atrás esos horribles recuerdos. Sin embargo, se ve arrastrada de nuevo a su pasado cuando Mika (Lea Leviant) y Ben (Nagisa Morimoto), miembros del grupo activista Save Our Seas, descubren que Lilith ha llegado al río Sena, justo antes de un evento de triatlón. Junto al policía Adil (Nassim Lyes), Sophia se apresura a resolver la peligrosa situación, mientras Mika y Ben intentan guiar a Lilith de regreso al océano.
Lo destacable de la película es que, aunque sigue los tropos del género, introduce una carga ecológica. Comienza con Sophia y su equipo explorando una mancha de basura oceánica en busca de Lilith, para luego trasladar la acción a uno de los ríos más contaminados de Europa. Esto subraya el impacto de la contaminación en los océanos y plantea la pregunta de qué sucedería si uno de los mayores depredadores marinos llegara a las aguas continentales. La película rinde homenaje a Tiburón, la cinta que inició la moda de los filmes de tiburones. En este caso, la acción se traslada a París, donde un importante evento deportivo está en marcha y el alcalde se niega a creer en la presencia de Lilith en el Sena, a pesar de las evidencias.
En las profundidades del Sena añade matices a las escenas de ataques de tiburones gracias al desarrollo de sus personajes, como la que tiene lugar en las catacumbas parisinas. Aunque Gens no logra que las relaciones entre los personajes resulten convincentes a largo plazo, estos momentos son efectivos y necesarios. A pesar de ser un producto genérico dentro del subgénero de escualos asesinos, la película ofrece una perspectiva diferente en sus secuencias de ataques, creando giros interesantes con el tiburón que la hacen atractiva. Aunque no cautivará a todos, su enfoque novedoso y el uso de un escenario inusual aportan un soplo de aire fresco al género.