Luego de X y Pearl, llega a los cines argentinos, la película que da cierre a la trilogía de Ti West, protagonizada por Mia Goth.
El director Ti West regresa al ruedo con MaXXXine, la tercera entrega de su trilogía «X». Esta vez sale del terror rural para adentrarse en el vibrante y turbulento Hollywood de los años 80. De esta manera, no solo homenajea a sus predecesoras, sino que también abre nuevas sendas al fusionar el horror con incisivos comentarios sociales y una nostálgica mirada a la época dorada del VHS.
Ambientada en 1985, MaXXXine sigue a la única sobreviviente de la masacre de X, Maxine Minx (Mia Goth). La joven está cumpliendo su sueño hollywodense; es ahora una destacada estrella del cine para adultos. pero aspira a irrumpir en el cine de terror convencional. Su camino está plagado de peligros, incluido un asesino en serie conocido como Night Stalker, que tiene como objetivo a trabajadoras sexuales. La trama se enreda aún más con la aparición de John Labat (Kevin Bacon), un sórdido investigador privado que guarda secretos capaces de desmantelar la vida de Maxine.
Al igual que en Pearl, Mia Goth deslumbra en su papel, encarnando a Maxine con una mezcla de vulnerabilidad y determinación. Su actuación multifacética revela la complejidad de una mujer que se niega a ser definida por su pasado o su profesión. El elenco secundario aporta una notable profundidad y dinamismo a la película, con Kevin Bacon evocando sus días de mayor fama, Giancarlo Esposito como su leal agente Teddy, y Elizabeth Debicki como la directora Elizabeth Bender.
La dirección de Ti West logra un equilibrio perfecto entre el horror y la comedia negra, lo que resulta en una película tan entretenida como estimulante. La estética de MaXXXine es un homenaje a los años 80, con luces de neón, música synth-pop y ubicaciones emblemáticas de Hollywood. El uso de canciones icónicas como Welcome to the Pleasuredome de Frankie Goes to Hollywood y Bette Davis Eyes de Kim Carnes mejora la inmersión del espectador. West también incorpora elementos del giallo, con un estilo visual distintivo que incluye el uso vibrante del color y una cinematografía estilizada.
MaXXXine es un muy buen cierre a una trilogía que sorprendió a los fanáticos del género. En esta oportunidad, explora profundos temas de ambición, identidad y el lado oscuro de la fama. Examina la cosificación de las mujeres en la industria cinematográfica y las difusas líneas entre la realidad y la ilusión en Hollywood. Abordando también el pánico moral de los años 80, con su trasfondo del conservadurismo de la era Reagan y el pánico satánico, añadiendo una capa de crítica social a la narrativa de terror. Con una combinación de escenas escandalosas, diálogos ingeniosos, termina tranformándose en una profunda reflexión sobre la búsqueda de sueños en un mundo que a menudo explota y descarta a sus estrellas.