La famosa directora y Bill Murray vuelven a trabajar juntos luego de Perdidos en Tokyo en el esperado estreno de Apple TV+.
Para hacer esta crítica voy a contar una situación que me sucedió hace unos años. Estaba parado con el auto en un semáforo, aguardando se ponga en verde para poder avanzar, cuando veo por el espejo retrovisor que una camioneta venía a alta velocidad y no frenaba. La misma impactó sobre la parte trasera de mi coche pero, afortunadamente salí ileso. Con total tranquilidad desciendo del auto y luego de corroborar que el conductor esté bien, solicito los datos correspondientes al seguro para la denuncia correspondiente. La respuesta del otro lado fue: «No tengo seguro». La camioneta no estaba en buenas condiciones, se había quedado sin frenos, con lo cual era de esperar que sea así. Pero enseguida el joven conductor me dice: «Igual, no te hagas problema, pasame el presupuesto que yo te pago el arreglo pero no hagas la denuncia». Ahí me agarró la duda, por que si hacía la denuncia, el auto no lo arreglaba más ya que no contaba con el dinero para realizar la reparación y tenía que ir a juicio con todas las demoras que eso supone. Elegí confiar, no hacer la denuncia y esperar que cumpla con su palabra, que sonaba convincente, incluso en su pedido de disculpas por lo sucedido.
Tomo sus datos, me alejo del lugar con toda la parte trasera del auto rota, pero sin hacer la denuncia, solo el registro de incidente por parte de la policía que concurrió al lugar. Al otro día me acercó a la casa de mis padres y cuento lo sucedido. La respuesta de mi papá fue: «¿Cómo no hiciste la denuncia? ¿Vos estás loco? ¡No te van a pagar más!. No vas a poder arreglar el auto, andá a hacer la denuncia». Dije que no, que confiaba en la palabra. «Vos estás loco» fue su respuesta. Al llegar al trabajo, comento la situación a un viejo compañero de trabajo y lo mismo. «Hacé la denuncia, no seas b…, no te van a pagar». Así durante dos días, bombardeo de todos lados, con que debía denunciarlo y no confiar, lo que hizo que me comunique con el conductor pidiéndole que resuelva la situación. Su respuesta fue la misma: «Bancame diez días que junto la plata, te lo voy a pagar». Para resumir y no aburrir, el tema fue que entre idas y vueltas, discusiones telefónicas, intermediarios de por medio, el joven me terminó pagando a los diez días, como me había dicho, no sin antes firmar ante un abogado un papel donde decía que con esto queda resuelto el conflicto. Su respuesta fue: «Yo te dije que te iba a pagar el arreglo, que me des diez días pero vos te pusiste como loco y lamentablemente terminamos peleando». Le pedí disculpas, no sin antes decirle que espero que haya aprendido la lección y no ande más sin el auto en condiciones.
¿Por qué tanta historia para hablar de la nueva película de Sofia Coppola? Por que uno de tópicos que más me atrapó del film tiene puntos en común con la historia que acabo de contar. On The Rocks cuenta la historia de Laura (Rashida Jones), una joven madre de dos hijas, casada con Dean (Marlon Wayans). Escritora ella, se encuentra bloqueada en la creación de su nuevo libro, pasa sus días llevando a sus hijas a todo tipo actividades, mientras que su marido se encuentra abocado a un proyecto laboral nuevo que deriva en una ausencia casi permanente del hogar con viajes por todo Estados Unidos. EL padre de Laura es Felix (Bill Murray) un viejo playboy de buen pasar económico que pasa sus días viajando por el mundo. La presencia de una joven y atractiva Fiona(Jessica Henwick), su asistente, más algunas situaciones extrañas hacen que Laura comience a sospechar que su marido la está engañando. Ella realmente no lo cree, pero todo su entorno empieza a lucubrar con que el engaño es evidente. Su padre, un seductor permanente, quien cree que el hombre no puede ser monógamo por naturaleza comienza a insistir con el tema y la conduce en la búsqueda de confirmar la sospecha sobre la infidelidad de Dean.
En modo Woody Allen, Sofia Coppola nos lleva a recorrer las calles de Nueva York para contarnos los entretelones de un padre y una hija. Pero el film no es una simple historia de aventuras en modo comedia, aprovecha para reflexionar sobre la pareja, el paso del tiempo, el aburguesamiento y la pérdida del deseo. Con pequeños detalles la directora juega con lo que podría ser una infidelidad y hace que el espectador dude a través de las contraposiciones en que aparecen los personajes de Dean y Feliz. El primero de aspecto inocente, abocado a su trabajo de manera permanente y encima rodeado de mujeres. El otro un carismático seductor que busca conquistar mujeres a cada paso. A raíz del estereotipo de hombre que representa su padre, Laura aumenta una sospecha en la cual se negaba a caer, potenciada por todo su entorno, en especial Felix.
Bill Murray se luce en el papel de Felix, su verborragia permanente y su inmadurez hacen del film un entretenimiento mayúsculo, en el cual nunca querremos que el salga de escena. Bien secundado por la siempre correcta Rashida Jones, en un protagónico convincente, como la mujer aburrida metida en la rutina diaria que ve como su pareja se transforma con el paso del tiempo. En el medio se cruzan personajes interesantes, como la madre de un compañero de de la hija, que en la cola siempre le cuenta sus desventuras amorosas con una cita ocasional con un hombre y su marido, con algunas actitudes sospechosas a simple vista, pero naturales cuando uno las ve sin prejuicios
On The Rocks es una comedia ágil, entretenida y muy bien narrada. Tiene un ritmo distinto a otras producciones de la directora, que a simple vista puede sonar la más frívolas de sus películas. No es tan así, nos habla de los vínculos, de la pareja y te va a dejar pensando donde estas parados en la vida. Además de ser un gran ocasión para ver a Bill Murray en una combo ideal con la ciudad de Nueva York y Sofia Coppola.