[RESEÑA] Llaman a la puerta de M. Night Shyamalan

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Este jueves llega a los cines argentinos la nueva película del director de Sexto Sentido, La Aldea, Señales y El Protegido.

Llaman a la puerta (Knock at the Cabin, Estados Unidos/2022). Dirección: M. Night Shyamalan. Elenco: Dave Bautista, Jonathan Groff, Ben Aldridge, Nikki Amuka-Bird, Kristen Cui, Abby Quinn y Rupert Grint. Guion: M. Night Shyamalan, Steve Desmond y Michael Sherman, basado en el libro The Cabin at the End of the World, de Paul Tremblay. Fotografía: Jarin Blaschke y Lowell A. Meyer. Música: Herdís Stefánsdóttir. Distribuidora: UIP (Universal). Duración: 100 minutos.

¿Cómo comienza un apocalipsis devastador y puede terminar a través de las acciones de solo un puñado de personas? ¿Necesitamos ver lo que realmente está pasando para creer? Estas son algunas de las preguntas del último acertijo de M. Night Shyamalan, quien sale de su búsqueda de finales inesperados para descubrir algo más profundo sobre la humanidad y las decisiones que tomamos en a nivel personal y global.

La película sigue a Wen (Kristen Cui), una niña de nueve años que disfruta de unas vacaciones en el campo en una cabaña con sus padres Eric (Jonathan Groff) y Andrew (Ben Aldridge). No va a ser pacífico por mucho tiempo. Leonard (Dave Bautista) y su tripulación de Redmond (Rupert Grint), Sabrina (Nikki Amuka-Bird) y Ardiane (Abby Quinn) aparecen en la puerta de su casa empuñando armas pesadas a las que llaman herramientas. Se van a meter de una forma u otra, ya que tienen una agenda y un horario que cumplir. Están aquí para evitar el apocalipsis y, para hacerlo, le presentan al trío una decisión imposible de tomar. El destino de la humanidad está en sus propias manos, pero Andrew no cree ni una palabra de lo que dicen…

El film comienza con una escena de apertura tipo Frankenstein que involucra a un hombre corpulento y una niña pequeña que se encuentran en el bosque. Quiere ser amigo de ella con la esperanza de que la pesada carga de su misión sea más ligera, pero sus intenciones podrían ser fácilmente malinterpretadas. Cuando el hombre y sus otros amigos aparecen y mantienen cautiva a la niña y su familia, todo se reduce a una elección. De esta forma, inicia un drama doméstico que se desarrolla en el contexto de un apocalipsis que puede o no estar sucediendo, donde Shyamalan deja a la audiencia con un signo de interrogación. ¿Qué haría uno si se le presentara la opción de salvar a su familia o salvar al mundo?  Un concepto coadaptado por Shyamalan, Steve Desmond y Michael Sherman de la novela La cabaña en el fin del mundo de Paul Tremblay. 

Esta vez, Shyamalan juega con las expectativas de la audiencia sobre lo que realmente está sucediendo aquí, por que Leonard y su equipo se presentan como personas comunes que comparten una visión común y fueron dirigidos a este lugar con un propósito particular. Dado que Estados Unidos ha acaparado el mercado de dudosos cultos religiosos y extremistas de derecha, no es descabellado sospechar que Leonard y sus «compañeros de trabajo» sean fanáticos que simplemente creen que tienen razón y eso les basta para cometer su oscura acción.

Así, Llaman a la puerta toma una decisión moral imposible y se convierte en un enérgico»home invasion» que baja su intensidad en el tercer acto, donde se carga de las clásicas reflexiones filosóficas y religiosas sobre la humanidad del director, pero que resulta interesante gracias a las interpretaciones de Dave Bautista y el manejo del suspenso a través del característico juego de cámaras del director y algunos momentos aterradores.

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