Este jueves se estrena la película de Oliver Kolker y Hernán Findling, guionistas y directores de la emotiva Fermín, quienes vuelven a incursionar en la temática del tango.
Moti Cohen (interpretado por Oliver Kolker) descubrió su amor por la música siendo apenas un niño, cuando acompañaba a su padre, un músico de tango, en sus presentaciones nocturnas. A pesar de su corta edad, esos escenarios y esos instrumentos dejaron una huella profunda en él. Con el tiempo, Moti se convirtió en un productor musical de renombre, viviendo intensamente la era del rock.
Sin embargo, los años no han sido amables; descubrió hace 20 años a Las Panteras y su hit “Tuve el corazón”, pero en el momento en que iba a dar el salto luego de trabajar 5 largos años, la banda firma contrato con Angelica Brown (Victoria Onetto), otra representante. Ahora se lo ve desgastado, divorciado de su esposa Hannah (Anita Martínez), y realizando trabajos ocasionales para su tío Abraham (Mario Alarcón) con su viejo auto.
Todo cambia cuando, por azar, Moti conoce a Bartolo (El Chino Laborde), un mecánico tartamudo con un llamativo talento vocal. Al escucharlo cantar en el taller junto a su compañero, el bandoneonista Lisandro (Claudio Rissi), Moti siente que su pasión por la producción musical renace. Este inesperado encuentro lo lleva a embarcarse en una nueva aventura, llena de desafíos y compromisos que lo obligan a enfrentarse a su propia realidad y a redescubrir lo que realmente lo mueve.
La cámara sigue a Moti en cada paso, capturando desde sus recuerdos de juventud hasta sus conversaciones actuales con su hijo y su exesposa, mostrando cómo la nostalgia y la pasión por la música siguen siendo fuerzas vitales en su vida. De esta manera, el film se convierte en una suerte de Begin Again de John Carney en modo argento. El Moti de Oliver Kolker es una suerte de Dan Mulligan, el personaje de Mark Ruffalo, donde no solo se encuentra con los inconvenientes de sus cambios en su vida personal (el Bar Mitzvá del hijo, una ex esposa que quiere llevarse a su hijo a Israel por una oportunidad laboral), sino también las transformaciones culturales que marcan a escena musical actual.
Tuve un Corazón es un tierno relato nostálgico e íntimista, sobre una vida marcada marcada por las costumbres de un entorno judio y por la lucha contra la nueva industria del arte, donde el surgimiento de nuevos artistas y géneros musicales, se miden por su éxito en las redes sociales, en contraposición con una generación que vivió la era de los discos, casetes y los compact disc.