Dentro de la sección Nuevos Autores y Autoras del Festival de Cine de Mar del Plata, se proyectó la película que representará a Italia en los premios Óscar.
En su cuarto largometraje, Vermiglio, la directora italiana Maura Delpero nos transporta a un remoto pueblo de los Alpes Dolomitas durante el último año de la Segunda Guerra Mundial. Aquí, el conflicto global deja su huella en el microcosmos de una familia numerosa y una comunidad aislada, que deben enfrentar las tensiones internas y los efectos del mundo exterior tras la llegada de un soldado desertor.
Delpero, recordada por su obra Hogar (2019), apuesta nuevamente por una narrativa donde las líneas entre documental y ficción se diluyen. En Vermiglio, la cineasta utiliza el silencio, las elipsis narrativas y el fuera de campo como recursos clave para construir un drama que reflexiona sobre el aislamiento, las penurias económicas, los prejuicios culturales y un fervor religioso descolocado.
La historia se centra en Caesar (Tommaso Ragno), el rígido patriarca y único docente del lugar, cuya pasión por la música de Vivaldi contrasta con las difíciles condiciones en las que vive su familia. Adele (Roberta Rovelli), su esposa, se encarga de sostener el hogar y alimentar a los siete hijos en medio de la escasez, mientras la rutina de este grupo se altera con la llegada de un extraño que expone sus vulnerabilidades y secretos.
El filme combina la magnificencia de las montañas con la cotidianidad de una comunidad atrapada entre el pasado y los cambios inevitables del mundo exterior. La cámara de Delpero observa con sensibilidad el efecto de las estaciones sobre el paisaje, reflejando las emociones contenidas de sus personajes y la tensión que se cuece en cada rincón del pueblo.
Con Vermiglio, Delpero reafirma su talento para abordar temas complejos desde una mirada íntima y profundamente humana. La película es un retrato del impacto de la guerra en los vínculos familiares y comunitarios, pero también una exploración sobre las dinámicas de poder, la resistencia y la fragilidad de quienes habitan las márgenes del conflicto. Un drama visualmente hipnótico que, en su sutileza y profundidad, invita al espectador a reflexionar sobre los ecos silenciosos de la guerra y la resiliencia de quienes permanecen en su sombra.