Yo, Adolescente de Lucas Santa Ana. Crítica.

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Luego de presentarse en CineAr TV, llega a Netflix la famosa historia de Zabo, ddolescencia, sexualidad, punk rock y derechos en uno de los estrenos de esta semana

El 30 de diciembre de 2004 cerca de la medianoche me encontraba en una plaza del barrio de Tolosa, en la ciudad de La Plata. Eran vísperas de año nuevo, por lo tanto nos encontrábamos dándole los últimos detalles a una tradición platense, el muñeco de fin de año, el cual suele quemarse en las primeras horas del año nuevo. De repente nos llega la noticia de que un incendio de grandes magnitudes se llevó la vida muchos jóvenes en un recital de Callejeros que se realizaba en un boliche de Once. Con el correr de los días nos fuimos enterando de las cifras de fallecidos (194 en total) pero ese hecho marcaría un antes y un después en la vida de muchos jóvenes y de los espectáculos masivos en lugares cerrados.¿Porque cuento esto? Por qué Cromañon fue uno de esos hechos trascendentes que nunca nos vamos a olvidar el momento donde nos enteramos de la noticia. Una tragedia marcada por la desidia, la corrupción y la codicia de empresarios sin escrúpulos, pero cuyas víctimas fueron jóvenes inocentes a los que no se les advirtió de los peligros a los que se encontraban expuestos.

En Yo, adolescente la tragedia es el punto de partida que marca el inicio de la historia de su protagonista, Zabo (Renato Quattordio) quien sale de un recital de Árbol esa misma noche y se entera de la noticia. Zabo es de Parque Chacabuco, o como al le gusta decirle: Parque Chacabuco City Rockers. Pasa sus días con amigos, en recitales de sus bandas preferidas. Pero ese momento cambia la vida de todo su entorno como sucedió con miles de jóvenes. No solo por la terrible pérdida de cientos de vidas, sino también por darse cuenta a los peligros a los que la juventud se encontraba expuesto.A partir de la terrible tragedia comenzaron las prohibición de recitales masivos en lugares cerrados. Pero lo único que cambió la vida de Zabo no fue ese hecho, el suicidio de un amigo íntimo unos meses antes provoca en el joven una crisis de identidad que hará que empiece a volcar todas sus experiencias en un fotolog personal.

La adaptación cinematográfica del libro Yo, Adolescente de Zabo Zamorano(que a la vez es una adaptación del fotolog) indaga en todas las dificultades de un joven en ese camino de autodescubrimiento y todos los conflictos internos que se suceden en el camino. Embarazos no deseados, homosexualidades reprimidas, masculinidades violentas, traiciones amorosas y palabras forman un catálogo de escenarios, diálogos y, en esencia, liturgias que la experiencia y la cultura popular hacen que asociemos a la crucial entrada en la edad adulta.  Con la música como eslabón fundamental para esa conexión experimental con los sucesos pero no solo por las canciones de Árbol, Dos Minutos, Boom Boom Kid, Flema y toda esa escena punk rock que forman parte de la banda de sonido; también por el espíritu de Kurt Cobain que flota permanentemente en el film, no solo en las remeras y los póster de Nirvana de Zabo, sino en las melancólicas y depresivas palabras finales del protagonista.

Yo, adolescente es un drama intenso que reúne una colección de personajes cuya revolución hormonal no les permite estar quietos, pero también porque así lo piden unos códigos sociales que invitan a salir del nido, a descubrir y a empaparse de los placeres de los procesos de aprendizaje. Lo que arroja una coming of age de naturaleza compiladora que nos alerta sobre lo vulnerable de la juventud y los peligros a los que están expuestos mientras miramos para otro lado, cómo pasó esa trágica noche en Cromañón.

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