Dentro de la Competencia Latinoamericana del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, se estrenó la coproducción uruguaya-argentina.
Cristian Farias arriba a un aeropuerto uruguayo. Una multitud lo espera en la salida y lo custodia a su auto, algunos lo insultan otros lo vitorean. Junto a él va su padre, también representante y su abogado. Cristian es el jugador estrella del fútbol uruguayo pero sufre el acoso mediático por un incidente en un partido de su selección que le valió la expulsión. Su ansiado pase a la Premier League inglesa corre peligro a raíz de la agresión (nunca la vemos pero entendemos que fue así porque lo cargan que también practica karate), la presión de su padre y la soledad de una gigante casa en un barrio privado hacen que no se sienta feliz con su presente. Hasta que aparece Belen, un solitaria y rebelde vecina, que le servirá de vía de escape de su amarga realidad y de todas las presiones a su alrededor.
La vida del futbolista como producto de mercantil es uno de los tantos temas que toca la ópera prima uruguaya. El jugador hiperprofesionalizado sobre el cual giran una cantidad importante de personas que dependen de su rendimiento y de su estado emocional. Demasiado para jóvenes que a tan temprana edad deberían estar disfrutando del deporte. A eso le sumamos las exigencias de un padre obsesivo con que su hijo firme un buen contrato para tener un buen futuro, personificado por un Rafael Sprengerbuld que no para de insultar y estar enojado un segundo.
Podríamos decir que la historia tiene elementos de la vida de Maradona, luego de la vuelta de España 82, con expulsión incluida en el partido ante Brasil o del incidente en Barcelona-Athletic de Bilbao en 1984 que le valió la salida de España hacia Nápoli. Hasta podríamos hablar de Diego en la soledad de su casa por no poder salir de ahí ante el acoso de la gente. Pero la película también se da lugar para tener un costado romántico, gracias a la aparición de la joven vecina que poco a poco lo liberará de toda la presión que sufre Cristian y que se hace insoportable por momentos. La dualidad emocional de Cristian se plasma en la pantalla, gracias a la destacada interpretación de Enzo Vogrincic como el futbolista; muy bien secundado por Sofía Lara en el papel de Belén quien colabora en descomprimir la tensión que recorre casi todo el film
¿Se puede decir que 9 es una película de fútbol? Si, pero también es una historia que puede aplicarse a la vida de cualquier deportista de elite. Un entorno que no le acepta errores que lo lleva a dejar de disfrutar el fútbol, las operaciones de prensa, la presión de los medios, los compromisos publicitarios, una mansión gigante solo para dos personas, las fiestas entre amigos de lo ajeno con mujeres y mucho alcohol; todo forma parte de la ópera prima de Martín Barrernechea y Nicolás Branca, para mostrar un creíble relato sobre la realidad de jóvenes deportistas que se transforman en empresas generadoras de dinero.