Ainda temos a imensidão da noite de Gustavo Galvao. Crítica.

Nuestra puntuación

Dentro de la Competencia Americana se estrenó la tercera película del director de Uma Dose Violenta de Qualquer Coisa y Nove Crônicas para um Coração aos Berros.

Ayla Gresta ganó el premio a mejor actuación dentro de la Competencia Americana

Karen toca en una vigorosa banda de rock en Brasilia, pero a nadie parece interesarle en esta ciudad cada vez más conservadora. A los 27 años, Karen pierde toda la esperanza depositada en la ciudad que su abuelo ayudó a construir, así que decide probar suerte en Berlín. Obligada a volver a empezar en Brasilia pocos meses después, Karen necesita encontrar su lugar en una ciudad donde todavía hay mucho por construir.

El tercer largometraje del cineasta Gustavo Galvão, inicia con Karen en una lucha ficticia del sonido de su trompeta contra el insoportable ruido matinal de la moladora de un vecino. El principio de lo que será la presentación que hace el director de Brasilia como una megalópolis deshumanizado y culturalmente vencida por la abulia que despierta la indignación de los inconformistas. Siguiendo a Karen, una joven apasionada de la música que utiliza su trompeta para expresar todo aquello que no revela con palabras en su lucha contra esta inercia generalizada plantea una interesante reflexión sobre el arte como herramienta de transformación social. Es precisamente el aspecto musical uno de los más redondos del film, el cuarteto liderado por la también actriz Ayla Gresta (que interpreta a Karen y ganó el premio a la mejor actuación dentro de la competencia americana) creó una poderosa y magnética banda sonora, producida por el guitarrista Lee Ranaldo, cofundador de la icónica banda Sonic Youth.

Pero más allá del aspecto musical, Gustavo Galvao se mete en el terreno político y social mostrando una realidad de los artistas independientes en Brasil luego de la asunción de Jair Bolsonaro, quienes están atravesando un momento difícil, con falta de financiamiento, creciente censura y el cierre de espacios de arte. Ante esa situación actual, Ainda temos a imensidão da noite (Todavía tenemos la inmensidad de la noche) se presenta como una enérgica y emotiva llamada a la acción, que reivindica la importancia de la música como herramienta de construcción de un tejido social crítico y comprometido.

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