Bilardo: El doctor del fútbol.

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Este jueves se estrena en HBO Max el documental de cuatro capítulos que repasa la vida del DT campeón del mundo en México 86.

¿Es Bilardo un producto de una sociedad que entiende que lo único que sirve en el fútbol es ganar?. ¿O Bilardo fue el generador de esa corriente?. Muchas preguntas surgen alrededor de una figura tan polémica pero a la vez tan admirada dentro del fútbol argentino. Una parte del fútbol que pregona la ideología de ganar a toda costa y una mala utilización del concepto «bilardismo», donde se resalta como picardía propia del folcklore del fútbol contaminar un bidón y dárselo al rival o festejar la célebre frase «Pisalo, pisalo», pero que deja de lado lo que realmente fue la razón del éxito de Bilardo como jugador y técnico. La obsesión táctica, las exigentes metodologías de trabajo y el estar en cada uno de los detalles (algunos absurdos), eran las herramientas más importantes para que la fórmula bilardista tuviese éxito. Un personaje cuya ideología más pregonada no se corresponde en su amplia trayectoria donde solo obtuvo dos títulos, en 1982 con Estudiantes de La Plata y, el más importante, el mundial 86 con la Selección Argentina de Fútbol Masculina, aunque en todos lados donde estuvo siempre dejó huellas. Pero El Narigón era mucho más que los títulos conseguidos, era un estilo de vida, un personaje; y un sinfín de anécdotas que el documental se encarga de mostrarnos.

Al cabo de cuatro capítulos de 45 minutos aproximadamente, se enfoca principalmente en la figura de Carlos desde el momento que se hace cargo de la selección argentina, con Diego incluido en ella. Por eso, quién empieza relatando el documental es «El Cholo» Simeone, de alguna manera, considerado como el abanderado actual de la ideología bilardista y principal defensor de la misma junto a Juan Sebastián Verón. Pero también está la parte más humana, la del Narigón familiero, y para ello, quien mejor que Daniela Bilardo, su hija, la heredera sanguínea, aquella que sufrió por las ausencias de su padre durante su infancia y adolescencia pero que reivindica la enseñanza de siempre hacer lo que uno más ama y desea sin bajar los brazos. Miguel Angel Lemme, Fernando Signorini y Carlos Pachamé son quienes prestan testimonios de las formas de trabajar y cuestiones relacionadas la intimidad laboral. La gloriosa Generación Campeón del Mundo del 86, sus padecimientos iniciales con las locuras de Bilardo y no entender lo que quería para su selección.

«Para estar en la selección tenés que sufrir, si no lo hacés algo no anda bien» exclama Ruggeri, y Bilardo era el primero en hacerlo. Pero el sufrimiento forma parte del compromiso, en este caso con la selección y toda la generación del 86 así lo entendió y lo manifiesta. «Primero la selección, después la familia» era la premisa que manejó Bilardo durante los años de DT. Fiel a sus palabras fue coherente con su leit motiv, Gloria Di Bello y su hija dan cuenta de eso, pero no se nota resentimiento ni bronca por parte de ellas, por el contrario en sus palabras se perciben la admiración hacia él. Su otra familia, Estudiantes de La Plata encuentra representantes en las palabras de Juan Sebastían Verón, Miguel Angel Russo y compañeros del Equipo de Zulbeldía, como Poletti, Juan Ramón Verón y Pachamé.

Bilardo y los vídeos, protagonistas de la serie de HBO Max.

Durante el primer capítulo, el documental construye el perfil de Bilardo: su personalidad como padre, esposo, jugador, técnico y amigo. Donde no puede faltar las historias sobre las artimañas de Bilardo como jugador y la leyenda de los alfileres dentro de la cancha. Para llegar a los tiempos donde se hace cargo de la dirección técnica de la selección.Pero es el ensañamiento de los medios hacia su figura durante los primeros años de su carrera como DT de la selección lo que resulta más dramática, principalmente desde el multimedio Clarín. La palabra del su archienemigo, Cesar Luis Menotti no podía faltar,, sobre todo, en momentos donde el DT campeón del Mundo era muy crítico con la forma de jugar del equipo argentino y la supuesta «pérdida de prestigio». La pata periodística se hace presente dentro del documental con los testimonios de grandes periodistas que no cargan el rótulo de estrellas rutilantes como Andrés Burgos, Daniel Lagares y José Luis Barrios, principalmente, más el archivo de momentos donde el Narigón se hacía presente dentro e los programas históricos como el glorioso Polémica en el fútbol conducido por Julio Ricardo o los vídeos donde Bilardo explicaba su forma de ver el fútbol.

La sufrida clasificación al Mundial 86 contra Perú cierra el primer episodio, para dar paso a un segundo capítulo enfocado en la gloriosa consagración en México. La palabra de Claudia Villafañe, ex esposa de Diego Maradona, los jugadores y todos quienes formaron parte del logro mundial resaltan la reivindicación de la imagen de Bilardo, quien, de la mano del Diez como capitán y figura estelar llevaron a la selección a lo más alto del mundo, pero el terreno pacífico que da la victoria parecía no ser afín con la figura del Narigón. El «Perdón Bilardo» que rezaba la bandera quedará en el olvido cuando al mes de lograr el título los resultados no se daban. El estilo era lo más cuestionado, con la cual la batalla de «bilardismo» versus «menottismo» se profundizaría mucho más al estar los dos técnicos en igualdad de condiciones, ambos Campeones del Mundo, pero la posibilidad de no sufrir un fracaso similar al del Flaco en España 82, le llegará en Italia 90, protagonista del tercer capítulo. El proceso previo, la tortuosa relación con un Maradona cada vez más complicado con sus adicciones. Pero siempre con anécdotas pintorescas y tumultuosas relaciones con sus jugadores. La carrera de BIlardo en la selección parecía no tener un minuto de paz y el mundial 90 no fue la excepción.

Pero las sorpresas vendrán en el capítulo final cuando el documental se enfoque en el retiro de Bilardo como entrenador. El intento de ser presidente a su modo; el día que dio el puntapié inicial con su convocatoria en la confitería La Ideal, en Suipacha y Corrientes, para lanzar un doble anuncio: la creación de su Partido de la Unidad (UNO), y su candidatura a presidente para las elecciones de 2003. El detalle bilardiano fue el día y la hora: en el primer minuto del 1° de enero de 2001. O cuando tuvo su propia ficción similar a La Familia Benvenutto, Lo de Bilardo, acompañado por Rodolfo Ranni, por el obtuvo el premio Don Segundo Sombra a la peor actuación en televisión. La relación con Diego, las rispideces cuando el astro argentino fue DT de la selección y el acompañaba a quien fue el hijo varón que no tuvo. Lo que da pie para el momento más emotivo del documental, con la noticia del fallecimiento de Diego y la decisión de no contárselo por su delicado estado de salud actual. Su conflictivo paso por Boca, el primer enfrentamiento mano a mano con Menotti como DT, con derrota incluida, el paso por Sevilla y el retorno a su querido Estudiantes completan el documental. Algunas cuestiones quedan de lado y no se mencionan como la derrota 6 a 0 frente a Gimnasia y Esgrima La Plata, la peor derrota de Boca en la Bombonera y de Bilardo como técnico, un detalle no menor cuya notoria ausencia no escapa de la subjetividad de quien escribe (quizás la decisión de no incluirlo venga por el mismo lado).

Sacando los detalles citados, Bilardo, el doctor del fútbol es un fiel reflejo del perfil del Narigón y su filosofía de vida; emotivo, pasional, obsesivo y turbulento. Héroe o demonio, culpado por algunos de generar una ideología que perjudicó al fútbol argentino; el director técnico evolucionado que mejor interpretó el fútbol moderno para otros, la vida de Bilardo no pasa desapercibido para ningún argentino. Gracias a imágenes y videos nunca antes difundidos de la vida familiar, donde lo vemos distendido bailando o molestando a su hija nos acercamos más a un costado poco visto de él, mostrando otro perfil del Bilardo famoso, el de un hombre que repite una y otra vez «me olvidé de vivir» y que, víctima de su propio discurso, no se permitió disfrutar la vida que cualquier otro ser humano hubiese querido vivir: recibirse de médico, ser campeón del mundo y ser el director técnico del mejor jugador de la historia del fútbol, Diego Armando Maradona.

FICHA:
BILARDO, EL DOCTOR DEL FÚTBOL fue dirigida por Ariel Rotter y escrita por Sebastián Meschengieser y Gustavo Dejtiar, bajo la producción ejecutiva de Federico D’Elía, Cune Molinero y Alejandro Turner. Es una docuserie realizada por WarnerMedia Latin America junto con Zeppelin Studios Latin America para HBO Max en la región. 

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