Luego de su frustrado estreno e cines llegó a Netflix el tercer largometraje de la esponja marina de pantalones cuadrados y su amigo Patricio, el primero luego del fallecimiento de su creador Stephen Hillemburg en 2018.
No voy a negar que llegué a Bob Esponja por mis hijos, que eran muy seguidores de la señal de televisión, por lo tanto las anteriores versiones cinematográficas me vi «obligado» a verlas en el cine por mi responsabilidad como padre. Pero tampoco puedo hacerme el tonto y no decir que, junto a la saga Shrek, fueron las películas de animación que más esperaba ver en el cine. La mezcla lisérgica de aventuras y sucesos bizarros junto a las contagiosas risas de Bob y Patricio eran el maridaje perfecto para una tarde de desconexión. Aún hoy recuerdo el «soy un cacahuate» y el surfeo de los protagonistas sobre MItch Buchannon de la primera parte, o ese increíble cierre a todo rock; así como la batalla final dentro de un mundo real y la aparición de Antonio Banderas de la segunda.
La elección de Tim Hill como director, responsable de películas infantiles zonsas como Hoop, Rebelde sin Pascua o Alvin y las ardillas, no me daban muchas esperanzas con esta tercera parte. Pero debo decir que gran sorpresa me llevé, ya que logra captar a la perfección la esencia de las primeras partes, hasta me animo a decir que supera a la segunda claramente. Esta vez la aventura de Bob y su fiel amigo estrella, Patricio gira en torno al rescate de su adorada mascota Gary. Quien es apropiada por el Rey Poseidón de la ciudad de Atlantic City para usar su baba en rostro como antiarrugas. Todo sucede gracias un nuevo maquiavélico plan de Plancton para apoderarse de la fórmula secreta de la cangreburguer del Cangrejo Cascarudo. El viaje a Atlantic City sirve para que ambos amigos se peleen, conozcan gente nuevas y atraviesen diferentes aventuras.
La esencia del film recoge las aristas principales que fueron la base de cada uno de los capítulos de la serie. La unión de Bob y su particular mascota, la obsesión de Plancton por la fórmula de la hamburguesa y las delirantes aventuras del dinámico duo protagonista. A través de los capítulos le ha incorporado otras temáticas, pero esencialmente los primeros capítulos tenían como sustento argumental esos temas. En ese aspecto el film suena como un simpático y sentido homenaje a su creador, Stephen Hillenburg, fallecido en 2018.
Más allá de que uno mire siempre con una sonrisa en la cara los extraños sucesos y la particular manera de vivir la vida de Bob y Patricio, el fuerte, al igual que la primera parte, vuelve a estar en las bizarras participaciones de estrellas de Hollywood. Esta vez le toca al bueno de Keanu Reeves poniendo su rostro y su voz a una bola de pasto seco que cruza el pueblo abandonado Cañada del Cadáver, se hace llamar «Sabio», una especie de guía espiritual de la pareja a través de sus aventuras. También de Awkwafina, poniendo la voz de Otto, el robot, la actriz norteamericana de ascendencia china ganadora del Globo de Oro a Mejor Actriz por la maravillosa The Farewell. La otra aparición sorpresa es la de Snoop Dog, quien interpreta una canción en el típico momento musical de cada uno de los films, dentro de un amplio catálogo de otros temas conocidos como la versión de «Take on Me» de Weezer.
Obviamente, también cuenta con las apariciónes de los clásicos personajes, como Arenita, Calamardo y Don Cangrejo pero otros, como Perlita o la Señorita Puff extrañamente brillan por su ausencia. De todas formas, Bob Esponja Al Rescate, por suerte, es un deja vú de sus anteriores versiones. Con una técnica de animación superior logra entretener a grandes y chicos por igual, logra captar la esencia de los inicios de la serie y funciona como un emotivo homenaje al creador de uno de las mejores series animadas de la historia.