Este jueves se estrena en cines la nueva película del director de Los Excéntricos Tennenbaums, Moonrise Kingdom, Isla de Perros y El Gran Hotel Budapest, entre otras.
Luego de Crónicas Francesas, el obsesivo Wes Anderson vuelve a las salas. Dueño de un particular modo de filmar, donde prima la simetría perfecta y una llamativa paleta de colores, el director oriundo de Texas ha sabido ganarse el respeto y cada película suya es un evento para los cinéfilos más exigentes. Su filmografía incluye obras excelentes como Moonrise Kingdom y Vida Acuática, otras que no están a su altura pero de muy buena calidad como Los Excéntricos Tenenbaums, El Gran Hotel Budapest o Viaje a Darjeeling y destacadas obras de animación stop-motion como El Fantástico Señor Fox e Isla de Perros. Pero, lamentablemente, Crónicas Francesas, su última producción no estaba en sintonía con sus producciones anteriores, con lo cual, la esperanza de redención estaba puesta en Asteroid City, la cual presentó en el Festival de Cannes.
El filme comienza con un narrador anónimo (Bryan Cranston), filmado en blanco y negro en una pantalla de aspecto cuadrado, en ese momento se nos informa que lo que estamos a punto de ver es una obra de teatro llamada ‘Asteroid City’, una que es escrita por un hombre llamado Conrad Earp (Edward Norton). Luego, estamos a esa pequeña comunidad desértica, pero ya con la pantalla ancha y llena de colores brillantes; ese momento se informa que el pueblo está habitado por una población 87 personas, y que la ciudad es famosa por tener un asteroide que se estrelló hace miles de años y dejó un cráter considerable, donde una varios jóvenes astrónomos han ganado un premio, por el cual han sido invitados junto con sus padres para ser honrados.
Entre los visitantes se encuentra Augie (Jason Schwartzman), un fotógrafo de guerra emocionalmente retraído que no tiene el coraje para decirles a su brillante hijo Woodrow (Jake Ryan) y a sus tres hijas pequeñas que su madre ha muerto hace un par de semanas. También, veremos la llegada más notable de la ciudad, que es una mujer llamada Midge Campbell (Scarlett Johansson), una glamorosa actriz de Hollywood que acompaña a su hija Dinah (Grace Edwards), una aspirante a observadora de estrellas.
Dentro del plano estético, Asteroid City es la esencia más pura de Anderson, por lo que damos por hecho que la película se verá y sonará impecable. El diseño de producción tanto para la comunidad titular del desierto como para el entorno teatral de Nueva York es perfecto. La fotografía de Robert Yeoman aparte de darle un toque surrealista, se asegura de que los lugares áridos sean vívidos, con la ayuda y la complicidad de algunos títeres y animación stop-motion en momentos inesperados. En ese sentido, es la música de Alexander Desplat que, pese a sonar deliciosa y enmarcar las imágenes, se siente muy repetitiva en relación a las anteriores obras de Anderson.
Con respecto a los otros personajes, ninguno, salvo los primeros mencionados tienen algún desarrollo, por un lado tenemos a la estudiosa maestra June, interpretado por Maya Hawke, (con solo un par de escenas logra destacarse sobre el resto y dejarnos con ganas de más); el crítico suegro de Augie, Stanley (Tom Hanks), Steve Carell como un amable gerente del motel o un padre un poco autoritario J.J. Kellogg (Liev Schreiber). Cada uno de estos y otros personajes brindan un poco textura de fondo a lo que eventualmente se convierte en una historia sobre dos aventuras amorosas florecientes: una que involucra a Augie y Midge, quienes están tristemente heridos, y la otra que involucra a los inocentes Woodrow y Dinah.
La otra trama que juega el papel más importante es la obsesión del pueblo con los eventos interestelares que se elevan con un extraño extraterrestre, lo que hace que la comunidad entre en pánico y que haga que el gobierno de EE. UU. ponga en cuarentena a Asteroid City. En este punto es donde sobresalen los personajes de Jeffrey Wright y Tilda Swinton. Como yuxtaposición a la historia principal que es la del desierto, vamos a ir viendo las secuencias detrás de escena en Nueva York, en las que vemos a algunos de los personajes de Asteroid City como los actores de teatro que dan vida a esos papeles. Sin embargo, Anderson está interesado en cómo los artistas superan sus ansiedades e incertidumbres al crear la obra, y cómo el público responderá a esas ficciones como si fueran reales.
De todo este reparto lleno de estrellas, se destaca Schwartzman, debido a que es el que tiene más desarrollo tanto en la ciudad como en el teatro; como un fotógrafo de guerra que está de luto por su esposa, pero no puede articular su dolor, incluso cuando comienza a enamorarse de Midge. El otro personaje que funciona muy bien es Johansson, quien le aporta dimensión a su interpretación de lo que podría haber sido una estrella de cine torturada. Vale incluso mencionar un poco a Hanks que logra darle matices a su interpretación y se logra adaptar a los diálogos estilizados de Anderson.
Con toda la múltiples historias, Asteroid City avanza de manera estimulante, aunque los personajes se sientan fríos y carente de emociones, más allá de algunas escenas de comedia que nos puede sacar una sonrisa. Nadie puede dudar que el talento autoral de Wes Anderson está presente, ya que logra darle un sello distintivo y apreciable a cada una de sus producciones, aunque es tentador considerar que el vacío emocional que tienen sus personajes es una especie de síntoma en la reciente filmografía del director. Por eso, más allá de ser una película amena y simpática, está lejos de sus mejores producciones pero se disfruta más que Crónica Francesas y nos deja una luz de esperanza para lo que vendrá.