Este jueves se estrena en cines la nueva película del director griego protagonizada por Emma Stone y ganadora del Globo de Oro.
Yorgos Lanthimos es conocido por sus obras de bajo presupuesto que suelen ser retratos de mundos salvajes y exóticos. Responsable de películas como Canino, La Langosta, El Sacrificio del Ciervo Sagrado y La Favorita, en Pobres Criaturas vuelve a explorar estos caminos. Pero a pesar de contar con un presupuesto mayor, su nueva producción se erige como una obra ultrabarroca; una película de arte genuina que se aventura hacia una estratosfera imaginativa, donde, más allá de los recursos visuales y narrativos de la película, lo deslumbrante es la actuación de Emma Stone, quien entrega su actuación más destacada hasta la fecha.
Basada en la novela de Alisdair Gray de 1992 y ambientada originalmente en Glasgow, la trama comienza con un preludio en un deslumbrante azul aterciopelado, mostrando a una mujer lanzándose desde un puente. La historia se traslada luego a una escuela de medicina en blanco y negro, donde el torpe estudiante Max McCandles (interpretado por Ramy Youssef) asiste a una conferencia del excéntrico cirujano Godwin Baxter (interpretado por Willem Dafoe). McCandles se ve envuelto en el trabajo de Baxter, relacionado con una joven llamada Bella (interpretada por Emma Stone), quien resulta ser un experimento de resurrección con un nuevo cerebro.
Bella es una figura que combina la obstinación de una niña con la imprevisibilidad de una mujer y se convierte en el centro de una historia de aprendizaje sobre el mundo, el lenguaje y su propio cuerpo. La actuación de Stone muestra la progresión de Bella a lo largo de la película, mientras se sumerge en los placeres de su cuerpo y se ve envuelta en un triángulo amoroso con el enamorado McCandles y el astuto abogado Duncan Wedderburn (interpretado por Mark Ruffalo).
A medida que la trama se desarrolla, el tono lúgubre y aterrador del inicio se irá transformando en una picaresca aventura de Bella, manteniendo un impulso político que se eleva gracias a un ingenioso guion de Tony McNamara, lleno de diálogos ridículamente obscenos, gag humorísticos incómodos e intensos momentos de exploración sexual. La fotografía de Robbie Ryan y la partitura musical de Jerskin Fendrix contribuyen a la textura extraordinaria de la película, resaltando cada superficie y propiedad de manera estética y deslumbrante. La figura quirúrgica de Baxter, con su rostro compuesto como un cubo de Rubik humano, agrega otra capa de singularidad visual a la obra.
En Pobres Criaturas, Lanthimos crea un híbrido que toma elementos de La Isla del Dr. Moreau para crear su propio Frankestein, pero es una película seria que aborda la emancipación femenina de manera provocativa, sin dejar de lado el humor y la comedia. Dejando como resultado final un film fascinante donde su extravagancia y locura se amalgaman para presentar una figura romántica y autodidacta que se sumerge a explorar a fondo la tecnología, la ciencia y el poder de la mujer.