Dual de Riley Stearns.

Nuestra puntuación

Luego de su estreno en el Festival Sundance 2022, se encuentra disponible on-line la nueva película del director de The Art of Self-Defense.

La noción de que nosotros somos nuestro peor enemigo prevalece continuamente en nuestra cultura. Surge en todo, desde el llamado síndrome del impostor, insuficiencia y autodesprecio hasta sentimientos de motivación opuestos y, supuestamente, positivos, como se ve en la tendencia que dice que lo único que te detiene del éxito eres tú mismo. Verse a sí mismo como un enemigo es un elemento fundamental tanto de la filosofía como de la psicología y, por lo tanto, las historias sobre este tema siguen siendo relevantes. En la superficie, Dual , la película más reciente del escritor y director Riley Stearns, parece aprovechar estos temas, tomando la angustia existencial del ser humano hasta su conclusión más violenta: en caso de que las personas y sus dobles (literalmente llamados “dobles” en la película) se disputan el derecho a la vida, deberán batirse en duelo a muerte en directo por televisión. Pero Dual no es simplemente una película sobre un personaje en conflicto con una versión superior de sí misma, sino que complica esa lucha con una cantidad de matices que generan preguntas sobre las cosas internas que tenemos día a día y que nos generan conflictos existenciales del cual no podemos salir. 

La película sigue la historia de Sarah (Karen Gillan), una mujer cuya vida se está desbarrancando poco a poco, mucho antes de enterarse que tiene una misteriosa enfermedad terminal. A Sarah se le da la opción de ir a un centro que fabrica dobles con el propósito de permitir que su familia y amigos tengan una alternativa para sobrellevar el duelo y no sufrir la pérdida. Después de hacer su doble (también Gillan, naturalmente), la instalación revela que un error de fabricación ha causado que el clon tenga un color de ojos diferente, y las cosas solo empeoran a partir de ahí. Durante el proceso de vinculación, la doble se hace cargo de la relación de Sarah con su novio (Beulah Koale), se gana la lealtad de su madre (Maija Paunio) y decide ejercer su derecho a seguir con vida cuando Sarah recibe la noticia que se ha curado de de su enfermedad.

Karen Gillan junto a Aaron Paul protagonizan Dual

Jugando con la sátira inexpresiva y componentes de género similares al cine de Yorgos Lanthimos, Dual goza del inconfundible sello de Stearns, reconocible para cualquiera que haya visto sus películas anteriores, The Art of Self-Defense de 2019 y Faults de 2014. Un estilo donde los personajes hablan casi uniformemente en un tono monótono de oficina que permite a cada actor resaltar diferentes matices de carácter mientras mantiene un clima siniestramente opresivo. Karen Gillan sale del su rol de actriz mainstream (recordemos su papel de Nébula en el UCM o de Ruby en las últimas Jumanjis), para ponerse en la piel de un personaje que entrega una llamativa sincronización cómica natural y capacidad de amenaza silenciosa. Los mismo sucede con Aaron Paul (el inolvidable Jesse Pickman de Breaking Bad) quien, fiel a su estilo, mezcla de dureza y buen corazón hace que su entrenador de lucha sea un personaje fuerte pero extravagante. 

Existe la competencia esperada en la que Sarah debe compararse con su extrovertida, atractiva y exitosa doble; sin embargo, la mayor parte de la película no es Sarah luchando con su imagen en el espejo, sino más bien una crónica de su viaje hacia una especie de iluminación, donde Stearns vuelve a utilizar su estudio y amor por el arte marcial conocido como jiu-jitsu, en coincidencia con The Art of Self-Defense, cuyo entrenamiento de Sarah se trata menos de generar odio hacia su doble y más de aprender a luchar literalmente por su vida. Dual trata no solo de nuestro impulso natural de sobrevivir, sino también de la noción de lo que realmente significa vivir, donde es probable que haya muchas personas que podrían vivir nuestras vidas por nosotros mejor que nosotros y, a menos que estemos trabajando para cambiar y mejorar, bien podríamos ser reemplazados.

Aunque tiene lugar en el futuro, el diseño de producción le dan a la película una estética analógica, donde los personajes usan teléfonos inteligentes, aplicaciones de mensajería y sitios web como cualquiera en la actualidad, con interfaces que no se parecen a un sistema operativo más cercanas al anticuado MS-DOS. Esto contrasta con la forma en que se construyen los dobles, no a través de métodos invasivos (como Sarah expresa verbalmente su preocupación), sino mediante una simple muestra de saliva escupida en un tubo. De esta manera, Dual se mantiene en un nebuloso espacio de ciencia ficción/fantasía similar a Brazil de Terry Gilliam pero, si bien la comedia de Stearns suele ser oscura y desesperanzadora en el final, es un poco más cálida y espiritual.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *