El Planeta de los Simios: Nuevo Reino | Review

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Este jueves se estrenó en cines una nueva entrega de la adaptación cinematográfica de la novela creada por Pierre Boulle en 1963.

Es evidente que la industria del cine de Hollywood atraviesa un momento de crisis creativa, inundada por una avalancha de reinicios de franquicias que carecen de inspiración y aportan poco al panorama cinematográfico actual. Sin embargo, cuando llegó la trilogía de El planeta de los simios, allá por 2011, fue una grata sorpresa y una excepción a esta tendencia. La historia de César y su cruzada por la libertad de los primates lograron combinar el espectáculo con el drama reflexivo, ofreciendo una experiencia cinematográfica emocionante y rica en matices.

Ahora, siete años después de la última entrega, La guerra por el planeta de los simios, la franquicia regresa con El planeta de los simios: Nuevo Reino. Esta nueva entrega representa una apuesta arriesgada, no solo por revivir la franquicia después de una trilogía exitosa, sino también porque está concebida como el primer capítulo de una nueva trilogía de películas, dejando la historia abierta para futuras continuaciones.

La trama nos sitúa varias generaciones después de la muerte de César, en un mundo donde los simios gobiernan y los humanos están al borde de la extinción. La historia sigue a Noa, un joven simio del pacífico clan Águila, quien debe rescatar a su tribu de las garras de la feroz tribu Máscara. En su búsqueda de justicia, Noa se encuentra con un sabio orangután llamado Raka y una joven humana llamada Mae, cuya capacidad para hablar sorprende a los simios.

A pesar de la desaparición de César, su mensaje de convivencia entre simios y humanos sigue presente en algunos. Sin embargo, este mensaje se ve distorsionado por el rey del Clan de las Máscaras, Proximus, quien utiliza la filosofía de César para acumular poder y someter a los simios. De esta manera, la película explora temas profundos como el fanatismo religioso, el genocidio y la xenofobia, manteniendo la esencia de la franquicia desde su origen en 1968.

Dirigida por Wes Ball, la película nos sumerge en un nuevo mundo post-César, mostrando paisajes vívidos y llenos de vida. Los efectos especiales, especialmente en el diseño de los simios, son impresionantes, permitiendo actuaciones emotivas y tridimensionales. Aunque la película puede sentirse lenta en momentos debido a la necesidad de establecer la nueva trama, en general, ofrece una experiencia cinematográfica de alto nivel con un sólido desarrollo de personajes. La música no está a la altura de la anterior trilogía (el maestro Michael Giacchino estaba detrás de ella), a partitura acompaña bien, realzando los momentos de acción y tensión.

En resumen, El planeta de los simios: Nuevo Reino se siente más cercana a las versiones viejas de la franquicia, sobre todo en las locaciones, pero continúa la tradición de las versiones nuevas al ofrecer una cinta de acción compleja y emocionante, dejando abiertas las puertas a futuras exploraciones en este fascinante universo.

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