El Tango del Viudo y el Espejo Deformante de Raoul Ruiz y Valeria Sarmiento. Crítica.

Nuestra puntuación

Dentro de la Competencia Estado Alterados del 35º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se estrenó el film que recupera el legado del gran director chileno fallecido en 2011.

A ocho años de su muerte, Valeria Sarmiento sigue recuperando el legado mágico de su esposo Raoul Ruiz. Fallecido en 2011, el director de Misterio en Lisboa y tantos clásicos más sigue reviviendo cada tanto gracias a la mágica reconstrucción que su compañera de vida hace con el material encontrado, esta vez, con El Tango del Viudo, su ópera prima de 1967. De la misma manera que hizo tres años atrás con La Telenovela Errante, un trastornado drama de la TV chilena que había dejado inconclusa, Valeria Sarmiento recupera cintas perdidas de su esposo, dándole un sentido y elabora un relato onírico, extravagante y original.

El pobre viudo del título es un pequeño burgués, con delirios artísticos, permanentemente acosado por el espectro de su fallecida mujer. Se le reaparece en su cama, o bien debajo de ella, a través de sus sus inquietantes pelucas las que lo atormentan al cobrar vida propia. Todo el relato es él interactuando con ella y con sus amigos, que no creen en sus palabras. Pero una vez que la película parece haber llegado al clímax, de pronto pone reversa y comienza a rebobinar todo lo hecho hasta entonces, logrando así darle un nuevo sentido al material. Ahí uno le encuentra sentido al título completo del film, ahora se llama El tango del viudo, y su espejo deformante, como una vuelta atrás al origen del film. Y lo hace a una velocidad fuera de lo normal, como si se tratara de un disco de Xuxa en los cuales (según cuenta la leyenda), si se los escucha en su sentido inverso se podría escuchar mensajes de adoración al Diablo.

De esta manera, Valeria Sarmiento logra revivir a uno de los directores más notables del cine fantástico latinoamericano. Resignifica su legado, lo convierte en un material nuevo, en una historia nueva de fantasmas, pelucas acosadoras y planos llenos de sombras, todo bajo una calidad visual notable, donde parece que lo filmado fuera tan actual como las películas de Raoul Ruiz, cuyo espíritu parece seguir presente entre nosotros en la espeluznante y calavérica aparición de la escena final

*Dale click en la imagen para ir al enlace para ver la película (disponible hasta el 23 de noviembre)

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