Llega a los cines argentinos, la película frances que indaga los límites de la pareja y hasta cuando está dispuesto uno a entregar sus sueños por amor.

María (Déborah François) tiene 30 años, es impaciente, rebelde y experta en holandés. Olivier (Paul Hamy) tiene la misma edad, es lento, tímido y habla catorce idiomas. Se encuentran en Taiwan. Y de repente, la impactante novedad. La historia se desarrolla en distintas latitudes, primero en Taiwán cuando este par de jóvenes guías turísticos con personalidades opuestas desarrollan un vínculo sexoafectivo que se ve amenazado por una enfermedad hematológica de Olivier.
Proponiendo al relato como un recuerdo a partir de una relectura de cartas en las que ambos dialogan su separación y ponen al centro los recuerdos para lograr cierto entendimiento respecto a sus años de relación, el film se enfoca en la relación de la pareja y sus consecuencias tras detectar la enfermedad crónica de Olivier. Ambos viajan a Francia para tratar la enfermedad, mientras tanto María se ve envuelta en una contradicción existencial que frena la escritura de una novela que pretendía escribir en Taiwán. María trata de minimizar su deseo y bienestar con tal de lograr que Olivier mejore, pero las secuelas fisiológicas de éste resultarán un punto de quiebre para la relación y Maria deberá decidir el rumbo de su vida.
Mientras la enfermedad sucede, Romain Cogitore recurre a escenas atemporales que generan un contraste con la vida de hospital, pues ambos necesitan sujetarse emocionalmente a un tiempo que ha sucedido, más pleno y con menos probabilidades de muerte. De esta manera, El Territorio del amor indaga en la complejidad de las relaciones humanas de forma intimista, oscilando entre las personalidades de Maria y Oliver. Transformándose en un duro pero entrañable viaje a la memoria de los protagonistas para construir de forma peculiar su vida juntos, explorando una nueva forma de transitar la enfermedad en pareja y descubrir en el camino los límites emocionales que les permitirán que su relación trascienda, o no, en el tiempo.