Emilia Pérez: Transformación, exceso y redención en clave musical

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Este jueves se estrena en cines argentinos la polémica película de Jacques Audiard, ganadora del Globo de Oro como Mejor Musical o Comedia.

Jacques Audiard vuelve a sorprender con Emilia Pérez, una obra que intenta desafiar cualquier etiqueta al combinar el thriller, el cine musical y una fuerte carga social. En esta nueva apuesta, el director francés, conocido por éxitos como Un prophète y Les Olympiades, se atreve a narrar la transformación de Manitas del Monte, un capo del narcotráfico mexicano que busca dejar atrás su vida de violencia a través de una transición de género. Lo que podría haber sido una mezcla imposible de estilos se convierte, en manos de Audiard, en un retrato tan excéntrico como profundamente humano.

La película comienza con un México empobrecido y peligroso, donde la abogada Rita (espléndida Zoe Zaldana), acostumbrada a defender criminales, recibe un encargo insólito: ayudar a Manitas a lograr su transición y desaparecer de su violento pasado. Karla Sofía Gascón, en el rol de Manitas, entrega una actuación sincera y desgarradora, convirtiendo a su personaje en el corazón de una narrativa que aborda tanto las heridas personales como las colectivas.

A través de esta transformación, Audiard reflexiona sobre temas como la identidad de género, la corrupción política-empresarial y el impacto del narcotráfico, con una propuesta visual casi barroca. El director no teme usar el exceso como lenguaje, ya sea en coreografías, números musicales inesperados o recursos visuales cargados de simbolismo. En este marco de extravagancia, la película encuentra momentos de auténtica ternura y vulnerabilidad, explorando los sacrificios necesarios para buscar la redención.

Sin embargo, no todo es perfecto: el español poco natural de Selena Gómez, en un papel secundario, y algunos giros narrativos pueden sentirse forzados. Audiard no busca sutileza, sino impactar y emocionar, y lo consigue a través de una historia que navega entre el exceso y la verdad emocional. Emilia Pérez es, en última instancia, una declaración de amor al cine como espacio de riesgo, capaz de unir géneros y sensibilidades para explorar temas profundamente actuales.

Con esta película, Jacques Audiard se reafirma como un director sin miedo a desafiar los límites del cine, realizando un viaje electrizante y conmovedor que, detrás de su extravagancia, revela una profunda fe en la capacidad de las personas para transformarse y encontrar redención. Una obra polémica e imperfecta que invita a reflexionar sobre identidad y redención desde el vértigo del cine musical, que por momentos funciona y en otros puede parecer ridículo.

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