Observados | Review

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Este jueves se estrena en cines la ópera prima de Ishana Night Shyamalan, hija del director de Sexto Sentido, La Aldea y El Protegido, entre otras.

Dada la tendencia de M. Night Shyamalan a centrar sus narrativas en giros sorprendentes, es natural abordar el debut como directora de su hija con expectativas similares. Aunque no puedo asegurar la fidelidad de la adaptación de la novela de A.M. Shine por parte de Ishana Night Shyamalan, aquellos que no han leído la obra original seguramente estarán ansiosos por descubrir quiénes o qué son los misteriosos «observadores».

En este sentido, Shyamalan ha logrado crear una atmósfera inquietante mientras seguimos a Mina (Dakota Fanning), una artista estadounidense de 28 años que se encuentra en Irlanda. Mina queda atrapada en un vasto y prístino bosque del oeste irlandés cuando su coche se descompone. A medida que intenta encontrar una salida, descubre que el bosque parece deliberadamente dirigirla de vuelta al mismo punto de partida, sin importar la dirección que tome.

Con la llegada de la noche, Mina se refugia en una casa llena de espejos, donde se encuentra con otros tres extraños igualmente perdidos: Ciara (Georgina Campbell, conocida por su papel en el éxito de 2022, Barbarian), Madeline (Olwen Fouéré) y Daniel (Oliver Finnegan). Estos personajes esperan su rutinaria confrontación nocturna con «los Observadores». La identidad y motivaciones de estos seres invisibles son un misterio al inicio, y es precisamente en esta etapa de desconocimiento donde la película logra generar una tensión impresionante. Shyamalan demuestra un gran dominio de la moderación y el uso del espacio, tanto en el bosque como en la casa de espejos, lo que refleja su talento como directora visual.

Ishana tiene un talento especial para insertar elementos que nos sumerjan en el relato y generar intriga. La exploración de los traumas y las culpas de Mina, con «Los Observadores» como una metáfora del juicio público, añade una capa de profundidad y suspenso. Sin embargo, en la segunda mitad, cuando se revela la identidad de los seres que habitan el bosque, la historia deriva hacia el drama sobrenatural y mitológico, perdiendo parte del impacto inicial. El concepto que hacía a la película tan atractiva en un principio se diluye, y el desenlace resulta un tanto decepcionante, dejando la sensación de que la película aspiraba a algo más grande.

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